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Teresa Matas: "Las ansias de libertad y de rebeldía de la mujer son mi inspiración"

Es la primera mujer artista que ingresa en la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Sebastià de les Illes Balears Hoy pronunciará su discurso en la sede de la institución

La artista Teresa Matas posa en su estudio para esta entrevista. b. ramon

Teresa Matas se hará un hueco a partir de hoy en el plantel artístico de la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Sebastià, formado exclusivamente por hombres. "Espero que vayan ingresando más mujeres creadoras en la institución", comenta la artista, consciente de que ha alegrado mucho a sus otras tres compañeras ya académicas: la periodista Cristina Ros, la arquitecta Neus García Iñesta y la historiadora del arte Francisca Lladó Pol.

Autodidacta y nacida en 1947 a orillas del Ebro por circunstancias familiares pero criada en la isla, pronunciará mañana a las 20 horas en la sala de actos de la conselleria de Salud (calle de Can Campaner, 4) su discurso de ingreso, titulado Fes allò que duguis dedins: cap a una estètica de la rebel·lió. La réplica durante el acto se la dará Ros.

En su discurso, Matas desvelará algunas de las claves de bóveda de su trabajo, salpicando sus palabras de referentes femeninos. Es el caso, por ejemplo, de Alejandra Pizarnik, "a quien le dediqué una serie". O de la madre de la performance en España, Esther Ferrer, quien justamente expuso en las mismas salas de Es Baluard donde la mallorquina desplegó hasta el pasado 7 de mayo una potente retrospectiva. "Son artistas rebeldes porque supieron salir de la expresión artística más clásica y buscar dentro de ellas mismas", comenta. "Y eso es algo que yo intento".

"Las mujeres libres y que hacen lo que les da la gana me inspiran", confiesa. "Esa ansia de libertad y de rebeldía de la mujer es lo que me interesa y creo que guía mi obra", asegura. "Yo de pequeña ya era así. Por eso creo que el inconformismo es mi camino en la vida", sostiene.

Trabajo con el tejido

El método de trabajo de Matas la coloca a ella misma en el centro de la investigación artística para acabar ofreciendo un discurso universal. "Siempre me estoy preguntando por qué hago determinadas cosas o por qué trabajo con los tejidos", señala. "Y siempre me voy al pasado, a mi infancia, para dar con las respuestas. De pequeña siempre veía a mi madre coser", explica. "Por otra parte, el significado de la ropa de mujer a lo largo de la historia es otra de las cosas que siempre me ha obsesionado", continúa. "Esos vestidos de novia con una larga cola, que implican arrastrar cosas que nos han marcado a las mujeres y el poco movimiento que permiten; o los corsés, que apenas dejan respirar", reflexiona.

El cuerpo ha sido el otro eje de su obra, siempre trabajado a partir de la performance y el vídeo. "También tiene que ver con el movimiento. En mi infancia yo era muy activa y dinámica, siempre quería ir más allá, ir a ver qué había en la calle adyacente a la que estaba", evoca.

La naturaleza sigue siendo otra de sus grandes inspiraciones, un lugar donde apartarse. "Por eso el jardín que tengo al lado de mi estudio es tan importante", confiesa. "Tengo la necesidad de sentir la esencia de la tierra y ver las plantas crecer".

En estos momentos, la artista está trabajando sobre unas esculturas de ropa que "son sacos de angustia; han dejado de ser vestidos, ha dejado de haber una persona en ellos", comenta. "El ambiente que ahora estamos viviendo supongo que me ha conducido a crearlos", indica. El negro sigue siendo una constante en estas piezas. "Me sale así. Mi madre se casó incluso vestida de negro porque estaba de luto por la muerte de su padre. De hecho, mi progenitora fue de negro hasta que cumplió los 40 años". Pese a esta oscuridad, Matas asegura que no es pesimista. "Mi natural es el de alguien que disfruta de la vida. Sigo siendo esa niña alegre. Pero es cierto que siempre me he acercado a las personas que sufren, a aquellas personas a las que podría ayudar", relata.

En cuanto a la escena artística de las islas, Matas alaba el gran trabajo que están realizando sus compañeras artistas. "Hay una generación joven que por supuesto que se encontrará con trabas por ser mujer, pero lo que veo es que ellas ya han tomado posesión y consciencia de su cuerpo femenino. Están empoderadas. Ojalá las mujeres maltratadas tomaran consciencia también de ello y se dieran cuenta de que tienen su potencial y de que son únicas", observa.

Generación joven

La artista mantiene buenas relaciones con la generación de artistas más joven. "He participado en muchas muestras colectivas con ellos", apunta, "por ejemplo, cuando nos hemos ido a Londres, Bonn o Escocia. Me he ido haciendo un sitio con ellos. Y es que yo no sé de qué generación soy, aunque por edad me toca estar en una determinada", indica. "Quizá haya influido el hecho de que me pusiera a trabajar en el mundo artístico cuando ya tenía treinta y pico años, a mediados de los años 80", sostiene. "Siempre he trabajado muy sola y nunca he pertenecido a ningún grupo", añade. "Y esto lo digo desde la humildad más absoluta", matiza. "Pienso que tiene que ver con ello el hecho de ser autodidacta. Por otra parte, nunca espero que los demás aprueben mi trabajo, sino que lo que hago es continuar y no parar. Mi obra lleva el camino de mi vida".

El gesto fuerte

La artista empezó intentando pintar sobre lienzo, "pero no era lo mío, iba buscando cuál era el material con el que sentirme cómoda", señala. "Y el tejido es con el que me he sentido mejor", reconoce. A pesar de manejar agujas, el trabajo de Matas no es sutil, no es la labor de un orfebre, sino que su gesto es fuerte, grande y demanda un esfuerzo y una implicación del propio cuerpo, "porque se trata de atravesar una ropa que además lleva una capa de pigmento encima". "Muchas veces trabajo casi encima de las telas, metiéndome prácticamente en su interior. Utilizo agujas grandes que para pasarlas preciso en ocasiones de la ayuda de unos alicates", desvela.

En cuanto a la situación que se está viviendo y se respira en estos momentos en el ámbito artístico de Palma por el conflicto que ha habido entre parte del sector y la concejalía de Cultura, Matas cree que ha faltado un diálogo real y más respeto entre las partes.

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