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Literatura

Viñetas para contar los inicios de la vida en la Tierra

Nacida y criada en Mallorca en una familia norteamericana, Bonner realiza en su estudio de Palma trabajos que traspasan nuestras fronteras - Sus libros han sido traducidos a cuatro idiomas

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Viñetas para contar los inicios de la vida en la Tierra

Aina (Hannah) Bonner (Palma, 1955) confiesa que tiene una carpeta llena de ideas para nuevos proyectos. La autora e ilustradora ha publicado una serie de tres cómics dirigidos al público infantil y juvenil sobre los inicios de la vida que han sido editados por la prestigiosa National Geographic. When fish got feet, when bugs were big & When dinos dawned han aparecido recientemente en un solo volumen. A ellos hay que sumar un cuarto libro, Dining with dinosaurs, que vio la luz en 2016 y en el que explica cómo era la alimentación de las criaturas en el Mesozoico. Sus libros han sido traducidos al chino, coreano, italiano y griego, pero todavía no al castellano o al catalán. Aunque su obra ha sido recomendada por la Biblioteca Pública de Nueva York, la School Library Journal, Kirkus Reviews o el Booklist Top Ten Youth Science Book, a Bonner no le gusta hablar de éxito: "Triunfar con un libro de ciencia es relativo y aunque la editorial hace tiradas grandes, de 12.000 ejemplares, no son Harry Potter".

El interés de la autora por la paleontología se remonta a los años 80 a raíz de la colaboración con el paleontólogo Josep Antoni Alcover. En el 2000 también junto a Alcover, participó en la exposición Mallorca abans dels humans para la que Bonner realizó dos dioramas uno sobre el ferreret y otro sobre el Myotragus balearicus.

Nacida y criada en Mallorca en el seno de una familia norteamericana, Aina es hija del prestigioso lulista Anthony Bonner. De niña ya tenía interés en la naturaleza y su primer trabajo como ilustradora fue para el libro Plantes de les Illes Balears escrito por su padre y editado por Moll en 1974.

En el momento de elegir su formación Bonner no se decidía entre sus dos pasiones: la biología y el arte. Decidió estudiar en Estados Unidos donde podía compaginar asignaturas de ambas especialidades. Finalmente se graduó en Arte en el Oberlin College de Ohio. Al terminar sus estudios regresó a Mallorca: "Tenía claro que quería dedicarme a la ilustración, pero no tenía ni idea de que podía hacer ilustración científica". Sus primeros trabajos en la isla fueron para la editorial Cort y para Moll donde vio la luz la colección De mica en mica.

"Me di cuenta de que no podía vivir de la ilustración en Mallorca ya que las tiradas eran muy pequeñas", afirma. Durante un tiempo compaginó las clases de inglés, que impartía en el Estudi General Lul·lià, con trabajos de ilustración y con sus propios proyectos artísticos. Tras vivir dos años en Boston realiza una primera exposición en la galería 4 Gats en el año 87. "En el sótano reproduje una gran cueva hecha de papel con un armazón de alambre. Con Rafel Joan -el pintor- recogimos excrementos de cabra y huesos". De la década de los 80 son sus colaboraciones con la ceramista Margalida Escales: "Ella hacía cuencos de cerámica y yo les incrustaba huesos hechos de porcelana; parecían fósiles".

Reflexionando sobre aquella etapa Bonner hace notar que su obra artística también estaba ligada a la naturaleza. No es extraño entonces que su trabajo como ilustradora se haya consolidado en ese campo. Sin embargo, antes de llegar a National Geographic pasaron algunos años. "En 1988 regresé a Boston. La vida allí era muy cara y tenía que dar muchas clases de inglés, tantas que apenas tenía tiempo de dedicarme al arte", rememora.

A finales de los 90 Bonner se dio cuenta de que quería ser ilustradora a tiempo completo: "Tenía un currículum fantástico como profesora de inglés y la certeza de que no quería dedicarme a eso en absoluto". Así fue como contactó con una ilustradora que le ayudó a prepararse como profesional. "Al principio hice cualquier cosa, sobre todo para libros de texto. Luego fueron surgiendo encargos más interesantes".

El punto de inflexión en su carrera llegó en 1999: "Propuse a la editorial Scholastic escribir un libro sobre la historia de la comida que no gustó". Más adelante Nancy Feresten, la editora que rechazó esta idea, le propuso ilustrar el Science Dictionary de Melvin Berger. "Fue mi primer encargo importante y me fascinó. Mi interés por la historia de la vida surgió a raíz de este trabajo".

Ocurrió entonces que Nancy Feresten pasó a trabajar en National Geographic: "Me dijo que cuando estuviera allí se pondría en contacto conmigo y así lo hizo". Nancy Feresten le propuso que se centrara en alguno de los temas que le hubieran gustado del Dictionary. Bonner decidió que quería escribir sobre el paso de la vida de los océanos al continente.

Así, fueron convirtiéndose en personajes los más extraños animales, plantas e insectos gigantes que cobraban vida en fascinantes paisajes prehistóricos. Explicado con humor pero con rigurosa exactitud científica, Bonner ha estado siempre asesorada por expertos. "He tenido mucha suerte, la gente ha compartido su conocimiento de forma generosa". Para realizar los dibujos Aina Bonner visitaba, sobre todo, museos de historia natural en concreto los de Boston y Nueva York. "Ahora con internet es más fácil acceder a material, pero hay que tener cuidado porque no todas las reproducciones son fiables". Bonner trabaja primero con el esqueleto, sobre el que pone papel vegetal. Eso le da una primera idea. "Hay que conocer un poco los diferentes grupos de animales. Por ejemplo, los reptiles tienen pocos músculos en la cara".

La experiencia de trabajar para una gran editorial ha sido buena ya que ha tenido total libertad: "Los cambios que me han sugerido siempre han sido para mejorar. Además, ellos son expertos y saben lo que funciona". Sin embargo, Aina Bonner cree que su etapa en National Geographic se ha cerrado. "Mi editora ya no está y a mí me gustaría hacer una publicación sin franja de edad en el que pueda tocar un tema a fondo".

En estos momentos Bonner realiza dos trabajos completamente alejados del mundo editorial. Con paleobotánicos y paleoecologistas de la Universidad de Berkeley , California, prepara una exposición sobre cómo la vida ha cambiado el planeta y cómo la Tierra ha sido cambiada por la vida. Para el UW-Madison Geology Museum ilustra una serie de escenas sobre cómo era el planeta hace 4.000, 3000 y 2.000 millones de años. Cada nuevo proyecto supone sumergirse en vastos mundos de conocimiento que la enriquecen y es que como le dijo una vez su padre: "Si quieres aprender sobre un tema, comprométete a escribir un libro".

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