Un dúo majestuoso y apasionado. Así describen al tenor Roberto Alagna y a la soprano Aleksandra Kurzak que mañana a las 20 horas aunarán música y magia en un entorno idílico, en Formentor, en el Royal Hideaway Hotel. Los artistas, acompañados por Jeff Cohen al piano, se fusionarán con la brisa del mar en arias y dúos de ópera llenos de lirismo, intensidad y belleza dramática para dar la bienvenida a la quinta edición del festival Formentor Sunset Classics.

En la presentación de ayer, el prestigioso tenor francés se mostró encantado de protagonizar junto a la soprano un concierto en plena naturaleza. Prometió que la noche de mañana será de lo más romántica. "Tener a tu pareja en el escenario es una cosa única, mágica y lo vamos a transmitir al público, por eso, la noche de mañana tiene todos los ingredientes para ser mágica". Para la ocasión han confeccionado un programa con obras de Verdi, Tchaikovsky, Puccini y Donizetti en una primera parte y una segunda con piezas de Bizat, Francesco Cilea, Gaspar Antonio, Olavarría Maytín, Franz Lehár, José Serrano, Carlos Eleta Almarán y Agustín Lara. Asimismo el dúo entonará la canción Libertà compuesta por el hermano del tenor, David Alagna.

"Será un recital muy íntimo. La voz llegará al público de manera muy natural, sin forzar y este entorno tan natural hará que el concierto sea muy romántico", aseveró el artista que hizo hincapié en que, además de la música lírica, interpretarán boleros y canciones populares. "No me gusta hacer diferencias. Tanto la canción lírica como la popular es música. Mi voz es un instrumento y lo importante es tocar con el corazón para que llegue al público", enfatizó el cantante considerado "el mejor tenor francés del mundo", en palabras del director artístico del certamen, Felipe Aguirre.

Flexibilidad vocal

Tanto Aguirre como Kurzak destacaron la flexibilidad vocal de Alagna y su entrega artística sobre el escenario. "Cuando he tanteado la música pop lo he hecho con mi voz de ópera, en cambio, él se adapta perfectamente. Tiene dos voces", interrumpió su esposa. "El estilo es muy importante. Si eres muy sincero con el estilo de la obra y con tu voz, puedes cantar muchas cosas con la misma voz", puntualizó el tenor. De todas formas, la soprano quiso recordar que esta habilidad tiene mucho que ver con sus inicios en el mundo de la música. Roberto Alagna empezó cantando con 14 años en el cabaret, una "gran escuela porque te obliga a cantar de forma tranquila ya que tienes el público muy cerca". El cabaret también le enseñó a improvisar y a tener resistencia porque cantaba durante muchas horas. "En aquella época cantaba 20 horas al día, de noche actuaba en el cabaret y de día iba a clases de ópera".

"He tenido una voz muy especial y la he trabajado mucho", confesó el tenor, un "autodidacta" que suma 33 años de carrera y más de sesenta papeles en su repertorio. En este punto, la soprano recordó la importancia de "poner el corazón en todo tipo de música". Su historia es distinta a la del tenor. Explicó que es hija de músicos y que creció rodeada de ópera. Su madre, Jolanta Zmurko fue su gran maestra. Cuando debutó con 21 años en el papel de Susanna en Le Nozze di Figaro su madre interpretaba el papel de la Condesa y estaba más nerviosa que ella. "Cuando debuté sola, necesitaba su apoyo y en este sentido es mejor ser autodidacta", reconoció la soprano polaca, que recordó que al nacer su madre perdió la voz. "Estaba a punto de morir y mi madre rogaba a Dios que le quitara la voz pero que salvara la vida de su hija". Volvió a aprender a cantar y lo hizo observando el diafragma de un pequeño perro al ladrar. Aún canta y tiene una voz magnífica", relató. Acto seguido, Alagna aseguró que "tengo que cantar cada día para mantener la voz ligera porque si paro durante una semana se me vuelve más oscura", explicó Alagna, que se define como "un artista sincero" y que tiene claro que esta sinceridad la sentirá el público del Sunset Classics.

En la presentación de ayer, Roberto Alagna confesó estar en un "momento de gracia". "Estoy muy feliz. Tenemos una vida real y una hija de tres años. En junio cumpliré 54 años y llevo 33 en el mundo de la ópera, es todo un milagro", aseguró el tenor que reconoció que era un gran afortunado porque cuando empezó en el mundo de la lírica creía que solo cantaría diez años. Sobre el futuro de la ópera, opinó que será "muy bueno" porque "nunca la ópera ha sido tan popular como hoy".

La ovacionada soprano Aleksandra Kurzak también se mostró muy contenta por inaugurar el Sunset Classics junto a su esposo ya que desde 1999 no pisaba Mallorca. Visitó la isla con motivo del Año Internacional de Chopin. "Fue maravilloso venir porque para Chopin, Mallorca era su segundo hogar", detalló la polaca.

En Madrid

El festival continuará el 6 de octubre con el recital de la soprano rusa Olga Pretyatko, que actuará en pleno corazón de Formentor junto a la Simfònica. Será el 13 de enero cuando el Sunset Classics vivirá un concierto apasionante. El director artístico del festival, Felipe Aguirre, ha remarcado que la gran novedad de esta edición es que el certamen se alía con el Teatro Real para llevar el espíritu Formentor a Madrid donde uno de los grandes genios de nuestra generación, Gustavo Dudamel, llevará la batuta de una de las instituciones musicales más emblemáticas del presente y pasado de la historia de la música, la Filarmónica de Viena.