Sábado en Magaluf. En el mapa cultural sonoro los altavoces de los dos escenarios simultáneos del Mallorca Live avivan la pista de baile para amantes del indie, pop, fusión, flamenco chill y electrónica, que se acercaron el pasado fin de semana hasta el oeste de Mallorca para vivir dos días de intenso festival. La canción Mi realidad de Lory Meyers ilustró lo que venían sintiendo los grupos y el público durante todo el festival, que terminó en la madrugada del sábado al domingo con The Charlatans y posteriormente con djs palpitando a un público entregado.

El Mallorca Live Festival ha abrazado la ilusión sonora de que un festival de estas características encaja en el puzle cultural de la isla. Las bandas confesaron que llevaban tiempo queriendo venir a Mallorca y el público llevaba tiempo queriéndoles ver y ofrecerles una buena acogida. Tim Burgess, cantante de The Charlatans, fotografió a su público y compartió la imagen en las redes, mientras su banda no dejaba de sonar con Let The Good Times o The Only One I Know. Sus canciones fluían en una puesta de escena sonora natural, con focos y ese ambiente escenográfico sublime, como en los conciertos de siempre. La ciudad de Cádiz estuvo presente en las canciones de Maga y Chambao, buscando esa proximidad sincera con el público. Subrayando algo más que los unía, las playas. Chambao, en el gran escenario, no dejó de hacer guiños al grupo Eskorzo, quienes al cabo de un rato tocaron simultáneamente en el escenario cubierto, con una gran acogida. En total, según informó ayer la organización, 17.000 vibraron con la segunda edición del Mallorca Live Festival, en el antiguo Aquapark de Magaluf, que además de ofrecer veinte horas de música en directo también contó con una zona de arte con muestra de esculturas realizadas con materiales reciclados. Una experiencia que vinculó a turistas y residentes. Incondicionales que consiguieron estar cerca de sus bandas y cantantes predilectos. Vocalistas que no dudaron en bajar del escenario y buscar esa proximidad, como fue Eskorzo o Lory Meyers, entre otros. Menos Tim Burgess, que se puso su gorra y se fue sin decir adiós. Fue para muchos una forma de no decir adiós a todo lo que allí se había vivido, sino más bien un hasta luego para el III Mallorca Live.