Durante unos días la poesía abandonará la intimidad de los salones y de la lectura solitaria para tomar las calles y subir a los escenarios. Y es que puntual, como cada primavera desde hace casi dos décadas, llega el Festival de Poesia de la Mediterrànea. En su XIX edición, la cita con la lírica internacional cuenta con la participación de 14 poetas que harán oír su voz en lenguas como el eusquera, francés, castellano, portugués, nepalí, rumano, árabe, polaco, esperanto y catalán. Así, podremos oír los versos de Itxaro Borda, Narcís Comadira, Denis Desautels, Itisha Giri, Xavier Farré, Rodolfo Häsler, Nuno Júdice, Abdellatif Laâbi, Cinta Massip, Suso Moinhos, Jaume Munar, Ion Muresan, Carme Riera y Adam Zagajewski.

Los jardines de la Misericòrdia acogieron ayer la presentación de los actos centrales del certamen al que acudieron representantes de las instituciones colaboradoras, además de un nutrido grupo de poetas. Así, junto al ficus centenario posaron la consellera de cultura Fanny Tur, Francesc Miralles, vicepresidente y conseller de cultura del Consell; Llorenç Carrió, regidor de cultura del Ajuntament de Palma; Bàrbara Obrador, directora del servicio de actividades culturales de la UIB; Biel Mesquida, director del Festival; Carlos Forteza, director del Teatre Principal; y Carlota Oliva, coordinadora de la Fundació Casa Museu.

Como principal novedad, este año los autores tomarán las calles de Palma con un cercavila poètic y un enfilall de recitals que tendrán lugar hoy a partir de las 12 en diferentes puntos de la ciudad como el Gran Hotel o el Casal Balaguer. El Festival visitará también otras localidades de Mallorca. Así, esta noche a las 20.00 horas tendrán lugar lecturas poéticas en Binissalem, Santanyí, Inca y Manacor. Así mismo, se realizarán actividades en los institutos Joan Alcover y Ramon Llull.

La música y la poesía se darán la mano en el concierto que ofrecerá Paco Ibáñez mañana a las 20 horas en el Teatre Principal de Palma. El acto central tendrá lugar el 13 de mayo a las 20 horas también en la sala grande del Principal. Los escritores invitados estarán acompañados en el escenario por el pianista Max Villavecchia y la bailarina Laia Santanach.

Para el escritor Biel Mesquida, director del Festival de Poesia de la Mediterrània, haber mantenido durante 19 años el certamen ha sido posible "porque esta sociedad, culturalmente, tiene mucho que decir". Mesquida recordó que el Mediterráneo es lugar de unión de culturas, pero lamentó que en los últimos años sea también un cementerio en el que mueren tanto refugiados de guerra como personas que huyen del hambre.

Así Mesquida quiso enfatizar que desde el Festival se lanza "un grito de protesta contra al insolidaridad de Europa y de España" y pidió a las autoridades que "Palma y Balears, sean un refugio porque también los poetas sufren represión". Es por esto que, sobre el escenario, una silla vacía recordará a los autores perseguidos y encarcelados. En este sentido el director del certamen recordó que uno de los invitados, el marroquí Abdellatif Laâbi, estuvo preso durante más de ocho años en su país por motivos ideológicos.

Francesc Miralles, vicepresidente primero y conseller de cultura del Consell, también destacó que la convocatoria va más allá del hecho cultural y responde a un "grito de nuestra sociedad que exige que el Mediterráneo sea símbolo de solidaridad". Satisfecho porque la cita cuenta con el apoyo de las principales instituciones públicas, Miralles destacó que el Festival abarca este año más disciplinas.

Participar en un festival permite a los autores tomar un contacto con el público que de otra manera no sería posible. Xavier Farré destaca que hay pocos lectores de poesía pero cada vez más público que la escucha. Para Cinta Massip "la vigencia que tiene este contacto directo es que siempre hay una voz que puede ser la tuya". Coincide con ellos Rodolfo Häsler quien subraya la oportunidad que se les brinda de conocer a otros autores y crear comunidad.

Por su parte Ioan Muresan, cree que estos encuentros son importantes porque el poeta sale de su aislamiento y "hacen que la poesía sea algo vivo". Jaume Munar, por primera vez en un evento como éste, reconoce que ante todo es lector: "La tendencia es hacer espectáculo y eso está bien porque llegas al público, pero mi miedo es que la cosa quede ahí y que después la gente no lea".