Había una vez un pueblo lleno de caballeros, princesas, reyes, dragones, ogros, hadas, brujas, animales e, incluso, piratas. Era un pueblo de cuento, un pueblo lleno de magia, fantasía y creatividad. Era Contesporles. Como si de un hechizo se tratara, Esporles se ha convertido este fin de semana en un gran libro encantado donde las historias de nunca jamás han cautivado a sus ciudadanos pero también a sus visitantes.

Entrar en Esporles era como sumergirse en un cuento. Árboles, paredes y calles estaban engalanadas para la ocasión: gorros de todo tipo y tamaño, letras colgantes o animales de cartón anunciaban a los lectores que habían llegado a Contesporles. Acto seguido, personajes fantásticos salidos de los propios cuentos tomaban las calles al son de las xeremies para anunciar que la fiesta literaria arrancaba. Patricia McGill fue la encargada de ir abriendo el apetito de narraciones fantásticas con su Berenar amb contes.

Era un día para disfrutar en familia. Los más pequeños quedaron encantados de pasar la jornada rodeados de personajes fantásticos, música y muchos, muchos cuentos. Lídia Clua se adentró en una de las casas de Esporles para tomar como escenario de su Roba estesa el salón de la vivienda. Xoni Fernández y Margalida Balaguer se transformaron en adorables brujas para tomar la Placeta des Brollador y contar sus Contes al carrer a unos niños y niñas deseosos de ver sus hechizos. Al ritmo de Bon dia de Els Pets , Moixonies per créixer dio la bienvenida a los espectadores que apostaron para pasar un buen rato con su música en familia. Marta Roig cautivó a los más pequeñitos con sus sonidos, sus canciones y su adorable voz en Contes per cantar i tocar. Mientras, Ferran Pisà narraba historias de reyes en Això era i no era. Pero si una cosa tiene de especial el Constesporles es que los cuentos no son solo cosa de niños. Las historias de dragones, brujas o reyes también pueden encantar a los mayores. Lo demostró Mon Mas con su Vermut de contes o Carles Alcoy con su cuentacuentos L'art d'amargar-se la vida.

Pero ayer no solo la palabra fue la protagonista, también se organizaron talleres relacionados con los cuentos como el de estampación, el de microrrelatos, el de marionetas de dedos o, entre otros, el destinado a los adultos para aprender a contar cuentos. Y para los amantes de la montaña, Joan Carles Palos llegó a Esporles con una excursión con cuentos. Ya entrada la noche, la jornada se despidió con la Roda de Contes de Alcoy, Mon Mas, McGill, Roig, Clua y Teresa Grau. La luna adormeció a todos los personajes fantásticos que hoy despertarán para llenar Contesporles de fantasía y magia.