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Arte

Vicenç Altaió: "Miró pintaba los libros como si fuera un poeta"

Su trabajo incluye el catálogo razonado de todas las imágenes que el artista realizó con los poetas catalanes

Vicenç Altaió con su obra ´Miró i els poetes catalans´. maria lópez

Cada mañana, antes de empezar a trabajar en su estudio, Joan Miró lee versos. Se trata de un entrenamiento, de un modo de entrar en el estado mental que le permite abordar su trabajo creativo. La relación del pintor catalán con la poesía es intensa; quizás indispensable para entender su obra. Le ha ayudado a encontrar su propio lenguaje y a romper con la tradición. Sin embargo, hasta ahora, nadie había acometido un estudio del artista centrándose en su comunión con los poetas. Vicenç Altaió, comisario del Año Miró, ha dirigido y prologado Miró i els poetes catalans (Enciclopèdia Catalana, 2016).

Esta obra de gran formato incluye un volumen con el catálogo razonado de todas las imágenes que Miró realizó con los poetas catalanes más representativos del siglo XX; y un segundo libro, firmado por Altaió, en el que se analiza la relación del pintor con estos autores. En el volumen también se incluyen los diferentes textos que algunos de ellos escribieron sobre Miró. Tal es la conexión del pintor con la poesía que él mismo es "tema y motor", subraya Altaió. Además, gracias a esta iniciativa editorial, han visto la luz por primera vez cartas, fotografías, textos y dibujos que ilustran y evidencian esta intensa relación. La obra se presentó ayer en la Fundació Pilar i Joan Miró en un acto en el que intervinieron el propio Altaió, el escritor Biel Mesquida y el fotógrafo Jean Marie del Moral, entre otros.

El vínculo de Miró con la lírica nace en 1918, año de su primera exposición en Barcelona. Acogido a partir de ese momento por J.V. Foix como "uno de los nuestros", esta ligazón no se romperá nunca. Primero fue su contemporáneo Foix con quien compartió su interés por investigar nuevos lenguajes y por romper con la tradición. A éste le siguieron Carles Sinandreu, Joan Salvat-Papasseit, Joan Brossa, Salvador Espriu, Miquel Martí i Pol, Joan Perucho y Pere Gimferrer, entre otros. "En este libro he realizado un estudio donde escribo en prosa clara una especie de novela de la cultura artística y literaria catalana del siglo XX", señala Altaió. Conocemos así a un Miró totalmente despierto e interesado por los nuevos movimientos, que se sitúa junto a los jóvenes y que no olvida que la cultura catalana es también universal aunque esté siendo reprimida y silenciada. De hecho, es otro poeta, Josep Carner, quien lo señala como el estandarte de esta cultura en el defícil período de la dictadura. Para Carner el pintor es quien salva ese capital y le da un sentido que trasciende lo meramente local.

Alataió nos muestra a un Joan Miró que es también un poeta, no sólo en su expresión artística: "Como los poetas vive en el exilio permanente. En París participa de la gran revolución de los escritores surrealistas, en una aventura poética a favor de la imaginación; no sólo de transformación de la realidad sino de entender que junto a la realidad está el mundo de aquello sensible, que está vivo en la naturaleza y en el interior del ser humano". El propio Joan Miró no distinguía entre un poema literario y uno plástico y su interés por estos escritores se basa sobre todo en el uso que hacen del elemento visual. Para él la poesía no es sólo lírica; es física. Rompe con todo y vuelve a empezar. "Ninguno de estos autores es realista y todos trabajan lo universal", dice Altaió. "Este libro pone el acento en mostrar que Miró pinta los libros como si él fuera el poeta y lo hace en compañía de los poetas, pero lo que pinta él lo hace como uno de ellos", sentencia.

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