El jurado encargado de seleccionar al nuevo director de la Fundació Palma Espais d'Art (FPEA) eligió a principios de abril a una única candidata ganadora. Fuentes del propio jurado desvelan ahora que una semana más tarde el Ajuntament les pidió que reconsideraran sus votaciones. Cabe recordar que la ganadora ha rechazado el puesto y que el concurso ha sido declarado desierto. Por lo que la concejalía de Cultura nombrará a dedo a un director general para el puesto.

Tras la destitución de Gómez de la Cuesta en octubre de 2016, el Casal Solleric quedó descabezado de nuevo y Palma sin planes expositivos para sus tres buques insignia. Para tratar de solventar esta situación, la concejalía de Cultura de Palma decidió convocar un segundo concurso público, cuya última fase se resolvió el pasado 10 de abril.

Según el jurado -formado por Santiago Olmo, Carles Gispert, Cristina Ros, Piedad Solans y Berta Sureda- en la fase de entrevista se eligió, de dos candidatas, a una única ganadora. Seleccionada por su trayectoria en un importante museo de Bhirmingham. Pero pasada una semana el Ajuntament presionó de forma verbal y por escrito a miembros del tribunal para que reconsideraran las votaciones. Según fuentes consultadas, Cort también quería que se incluyera a una segunda persona como ganadora. No obstante, esto no sucedió y tras la renuncia de la única candidata del jurado, el concurso fue declarado desierto.

Como ya adelantó este periódico, la concejalía de Cultura no se meterá en un tercer concurso. En su lugar, convertirá al responsable del Casal Solleric en un director general, un cargo político elegido a dedo. Esta decisión ha sido criticada por la Associació d'Artistas Visuals de les Illes Balears, por la oposición y ahora también por el jurado.

Los miembros del tribunal han calificado la actuación del Ajuntament como "una agresión a su dignidad profesional". Tampoco entienden que Cort haya decidido que convertirán al director de la FPEA en un cargo político. Además, el jurado también arremete contra la concejalía de Cultura por las acusaciones de intimidación.

Fuentes del jurado aseguran que, tras las informaciones publicadas por este diario el miércoles, "Cort convocó al despacho de Carrió a dos periodistas". De forma individual, se les informó de que las candidatas habían sido intimidadas durante las entrevistas. Pero el tribunal desmiente la veracidad de estas acusaciones. Las rechazan como "manipuladoras, falsas e insidiosas". Miembros del jurado aseguraron que no hubo ninguna clase de intimidación o extorsión. Tampoco se forzó a la persona seleccionada a renunciar al cargo. Califican estas acusaciones de "malas prácticas con el fin de culparles y legitimar la decisión de elegir a dedo al nuevo director".

Cabe destacar que una de las dos candidatas, que prefiere mantener el anonimato, aseguró que en la entrevista no sufrió ninguna clase de intimidación. Explicó que los miembros del jurado "tuvieron una actitud correcta, sin comentarios fuera de tono y que todo fue normal". E incluso le hicieron críticas constructivas.