Miquel Barceló llena desde hoy diversos lugares históricos de Salamanca, espacios que nacieron con la Edad Media y donde el artista mallorquín ha instalado ochenta piezas, la mayoría inéditas, en la que será su primera gran exposición en España en los últimos años.

'El Arca de Noé', lema de este conjunto disperso, es la suma de técnicas, expresiones, temáticas e inspiraciones que desde hace cuarenta años configuran el poso del "más internacional artista español vivo", como lo ha denominado hoy el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández, la institución que quiere lanzar el VIII Centenario de su creación con esta gran exposición.

Las ochenta piezas, instaladas en espacios como el edificio histórico de la Universidad o la plaza Mayor, permanecerán al aire libre hasta el 1 de octubre, y están realizadas en diferentes formatos como pintura, escultura, dibujo e incluso hay una "performance".

La mayoría de ellas "son inéditas", según Barceló (Felanitx, 1957), y reposaban en su taller sin que hayan sido expuestas con anterioridad, creaciones realizadas en muchos casos con arcilla, que lleva a la pintura un "cambio radical" en su producción.

Es como si Barceló, todavía influenciado por el impacto estético que vivió en 2008 tras visitar la cueva francesa de pinturas rupestres de Chauvet, quisiera crear su entorno: "Es el material con el que quiero crear mi cueva", ha manifestado esta mañana durante la presentación de la muestra.

Mientras tenía en mente su obra, sus visitas a Salamanca, tras realizar el logotipo del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, le mostraron la unión de la historia, del aire medieval de la ciudad, con el vanguardismo de su creación.

Vio la barroca plaza Mayor salmantina y tuvo claro que su popular "Gran Elefant", realizado en otras ocasiones, tendría que tener un color más claro que los otros suyos.

"Parece que siempre ha estado ahí. Me gusta mucho el efecto que logra, sobre todo esta pieza que se ha hecho en blanco, específicamente para el lugar", ha asegurado Barceló, sorprendido por el elevado número de personas que se hacen fotos ante el paquidermo, sujeto al suelo por la trompa y de ocho metros de alto.

El aspecto más monumental de la exposición consiste en catorce cerillas de bronce, con un peso superior a los 500 kilos cada una y de tres metros de altura, colocadas en el patio de las Escuelas Menores, del siglo XV, lo que supone que por primera vez se puedan ver todas estas esculturas juntas.

Es la forma de descubrir el existencialismo de Barceló, ya que, según ha asegurado el comisario de la exposición, Enrique Juncosa, el artista mallorquín ha querido esculpir "la transitoriedad de la vida, lo efímera que es".

Junto a este bosque de cerillas, en la sala de exposiciones Patio de Escuelas se presentarán las obras mas antiguas que Barceló ha trasladado a Salamanca, veintiséis acuarelas pertenecientes al conjunto realizado entre 2001 y 2003 para ilustrar la Divina Comedia.

La obra de Dante Alighieri, escrita en el siglo XIV e ilustrada por Barceló, "regresa a la Edad Media al ser llevada a un edificio antiguo, de los más viejos de la Universidad de Salamanca", ha reconocido el artista.

Otro de los escenarios elegidos, el complejo del Colegio Fonseca, alberga pinturas y obras sobre papel de gran formato realizadas entre 2009 y 2016, con todo tipo de figuras, como el relieve de cabezas de animales que remiten al arte rupestre, el arte que aparecía en la cueva francesa de Chauvet, o la gran obra "El Arca de Noé", que da nombre a este conjunto.

Junto a todo ello, Barceló ha llevado al claustro del Colegio Fonseca una "performance", en la que el artista pinta sobre una tela mágica, acompañado por música, unos dibujos que desaparecerán "como magia, por estar en una tela que descubrí en Japón".

Barceló ha trasladado a Salamanca su obra, sus trabajos vanguardistas, para ser vistos en una ciudad con historia, donde su Universidad cumplirá el próximo año ocho siglos de vida.