Luto en el pop rock mallorquín. El músico Martí Forteza ha fallecido a los 52 años de edad, víctima de una grave enfermedad. El cantante militó en los años 80 en Zincpirithione, grupo que con su primer disco estrenó, el 3 de mayo de 1983, el catálogo pop del sello Blau; y en los últimos años había montado una banda en homenaje a Caetano Veloso, Caetaneando, con la que también publicó un álbum que sedujo a los devotos de la música brasileña.

El último concierto de Forteza tuvo lugar el pasado 24 de marzo en un abarrotado Teatre Mar i Terra. Se situó al micrófono, arropado por las guitarras de Xavier Escutia y Toni Vives, con quienes ya coincidió en su etapa en Zincpirithione, para interpretar algunas de las canciones más emblemáticas de Neil Young. "Fue un concierto muy emotivo. La suya es una gran pérdida. Éramos amigos de toda la vida. Era un cantante con mucha capacidad y gran sensibilidad", confesó a este diario un conmocionado Toni Vives.

Hace unos meses, el sello Blau publicó su referencia número 700 con una selección de temas de las bandas pop rock que editó en sus comienzos. Un recopilatorio de 19 canciones por grupo que precisamente lo abre Zincpirithione con una de sus canciones de cabecera: Caspa.

"En plena sospecha de vivir un momento decisivo para los futuros desarrollos, esta banda de instituto (del colegio Luis Vives) tomaba prestado su nombre de un producto químico para el tratamiento de la caspa", escribe Fernando Merino en su estudio sobre el pop rock en Balears entre 1977 y 1996, Cabello de ángel.

Tras la disolución de Zincpirithione, donde también tocaban Xisco Riera (batería), Toni Noguera (bajo) y Pepe Panades (saxo), Forteza aparcó los escenarios para dedicarse a la docencia ejerciendo de profesor de inglés, dando clases particulares, y traductor.

Hasta que, hace unos años, regresó a las salas de concierto de la mano de Caetano Veloso. "Muy pocos músicos poseen su energía", señaló en diciembre de 2015 en el transcurso de una entrevista a este diario. En Caetaneando le acompañaban David Aledo (guitarra y voz) y Rogerio Santos (percusión). "Mi pasión por Veloso nació hace más de veinte años, a raíz de un viaje de mi hermana a Brasil. No es un cantante 10 pero su voz está muy bien educada y sus falsetes son perfectos", subrayó un músico cuya pérdida deja huérfana a la movida palmesana.