La Capilla de la Santísima Trinidad es una de las partes más antiguas e importantes de la Catedral, pero también una de las más criticadas por la luz "excesivamente" blanca de sus vitrales. Unos vitrales que durante varios meses no han sido visibles, pues necesitaban de una seria restauración. Y a pesar de que "el problema de la luz no se ha subsanado", las vidrieras vuelven a lucir su color y se han recuperado las partes rotas o deterioradas. La restauración comenzó en enero y ha terminado a finales de marzo, a tiempo para que los vitrales sean visibles de nuevo el Domingo de Ramos.

La Capilla de la Santísima Trinidad se construyó por orden del rey Jaume II. En un principio se concibió como lugar de reposo sagrado para la dinastía de los reyes de Mallorca. Sin embargo, hoy en día sólo reposan en la Capilla el propio Jaume II y Jaume III. De los vitrales, cabe destacar que fueron fabricados en 1889 por la Casa Amigó de Barcelona.

Para su restauración, las vidrieras regresaron a la ciudad condal, pero el taller al que le encargaron el trabajo fue Vitralls Bonet. Se llevó a cabo un proceso de limpieza y protección con el fin de devolverle al vidrio su "esplendor original". "Los técnicos encargados retiraron grandes cantidades de telas de araña y avisperos. Pero no eran el único problema. La polución que asciende de nuestras calles también le pasa factura a los vitrales", explicó Catalina Mas, conservadora de la Catedral.

Para tratar de paliar la exposición a los elementos, se ha instalado un cristal protector exterior delante de la obra original. Para ello, ha sido necesario modificar la estructura de los vitrales, que se han movido un poco hacia atrás. Cabe destacar, que entre ambos vidrios se ha dejado un espacio para que las vidrieras policromadas puedan respirar y evitar problemas como la condensación.

A pesar de las modificaciones, los especialistas han tratado de respetar al máximo la Catedral. Por ello, el cristal de protección no está anclado directamente en la estructura de la Seu, sino que se sujeta sobre los travesaños de los ventanales. Durante la intervención, también se han repuesto con sus piezas originales tres paneles que se habían caído y que estaban guardados en un cajón. Y en cuanto a los vidrios que estaban rotos, "han sido reparados con esmero", pero de tal forma que es posible apreciar dichas reparaciones. Según la conservadora de la Catedral, esto se ha hecho para diferenciar el vidrio original del nuevo.

De la iconografía de la Capilla es reseñable que está dedicada a la Santísima Trinidad, aunque esta no sea visible ya que el retablo fue retirado. "Esto ocurre porque los miembros de la Santísima Trinidad estaban representados con formas humanas, algo prohibido por el culto de la Iglesia Católica. Pese al veto, el retablo estuvo en la Capilla hasta la restauración de Gaudí", contó Mas.

A pesar de que ha terminado la reforma de la Capilla de la Santísima Trinidad, la conservadora aseguró que no descartan, en un futuro, buscar una solución lumínica a esa parte de la Seu. El motivo, las críticas a la luz blanca que dejan pasar los vitrales que no contrasta con el tono más oscuro de la Seu.