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Un atolondrado y un biberón

Mañana empieza todo es el segundo remake de una película mejicana reciente, No se aceptan devoluciones, inspirada a su vez en Un papá genial, protagonizada por Adam Sandler; y tiene similitudes con Tres solteros y un biberón o la excelente Alicia en las ciudades de Wim Wenders. La historia va de un hombre (Sy), extravertido, ligón e inmaduro, al que le endosan de repente una supuesto bebé suyo (Coulton). Corre a Londres en busca de su madre, no la encuentra pero sí trabajo como especialista de cine y se instala allí ayudado por un productor francés. La madre reaparece ocho años después y se disputan la custodia.

El planteamiento da juego tanto para comedia como drama y se aprovecha de la compasión que inspiran siempre los niños desamparados. Sin embargo el guión busca todo el tiempo al público menos exigente. Con chistes fáciles, rozando lo burdo, y con multitud de detalles superficiales inverosímiles. Ejemplo: es imposible de creer que el protagonista trabajara en la Costa Azul sin hablar inglés; y que después de ocho años en Londres tampoco lo aprendiera (y el doblaje español acaba de suprimir la gracia de sus patosadas lingüisticas). También se ofrece como gracieta que la niña le acompañe siempre a los rodajes y apenas vaya a clase. Y el giro argumental final más que sorpresivo es ridículo. La puesta en escena abusa los clises de la llamada comedia sofisticada. Sólo queda la omnipresencia del actor Omar Sy (el bigardo de Intocable). Se luce, por supuesto; pero quien no lo haría con un papel tan sencillo. Resumen, comedia muy leve, para desconectar un rato.

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