Perfecto doble tour en l'air nada más entrar en el auditorio de Trui Teatre. Buen presagio de lo que vendría a continuación. Los doce bailarines del innovador ballet Carmen preparaban ayer el vídeo promocional de la obra, que se estrenará en el mismo recinto el próximo 29 de abril a las 21.00 horas, coincidiendo con el día internacional de la danza.

"No es el tradicional ballet de Carmen, sino un espectáculo en el que mezclamos estilos contemporáneos con los neoclásicos; conseguimos momentos especiales con las bailarinas con las puntas", definió Laura Álvarez, profesora y coreógrafa de la obra junto a Hazem Zakaria, quien apuntó la originalidad que conlleva la representación de esta ópera adaptada plenamente al ballet en 1949 y que "antes ninguna compañía en Mallorca había trabajado, no existía". Por este motivo, Zakaria y Álvarez decidieron escenificar la obra junto a los coreógrafos Álex Haro y Cristina Juaneda. "Los cuatro representamos la obra hace unos años pero decidimos ampliarla. Además, ahora estamos preparando una nueva versión con la incorporación de nuevos bailarines".

El emblemático ballet, a pesar de representar una obra muy estereotipada, sigue enganchando al espectador. "Amo esta pieza, creo que es muy cercana a la gente española", proclamó Zakaria. "Las bailarinas sorprenden con corsés y los chicos con pantalones, no llevan las medias tradicionales, lo cual puede impactar al principio", aseguró Álvarez, aunque durante la mañana el cuerpo de bailarines optó por prendas más cómodas como el chándal y las zapatillas.

El guardarropa de la obra lo han adquirido en diferentes tiendas de Internet y también cuentan con piezas de la Ópera de El Cairo. "Estuvimos en diciembre en Egipto en una pequeña colaboración, y les agradecemos su aportación. La calidad de su vestuario es increíble, además que ha sido fabricada específicamente para llevarlo en obras de este calibre", indicó la coreógrafa.

Soberbia gitana

Carmen está ambientada en Sevilla alrededor de 1820. Gitana de gran belleza, elegante y de temperamento, seduce al cabo don José, un soldado inexperto, que romperá su anterior pareja, se amotinará contra su superior y, como desertor, se unirá a un grupo de contrabandistas. Pero Carmen pronto vuelca su amor en el torero Escamillo y los celos impulsarán a don José a apuñalar a la gitana.

Este seductor personaje fue dibujado en 1845 por la pluma de Prósper Mérimée, pero no fue hasta casi un siglo después cuando el coreógrafo Roland Petit decidió crear la coreografía inspirándose en la ópera de Georges Bizet. "La música es preciosa. Mucha gente desconoce Carmen pero le suena la melodía. No la relacionan con la obra, pero son piezas recordadas por nuestros oídos", afirmó Álvarez.

Los compases dramáticos de Bizet exigen a los bailarines máxima entrega interpretativa y "mucho trabajo. Como se te vaya en algún momento se produce un poco de caos. Son cosas del directo, pero hay que salvarlo", señaló Haro.

Rompiendo con el tópico de que el baile español es simplemente baile flamenco, el ballet de Carmen se presenta como una propuesta diferente al resto. "Hazem creará coreográficas dinámicas, con movimientos muy rápidos, con saltos, en el suelo? No sé bien qué tiene en la cabeza, él se encarga de trasladarnos a sus pensamientos", confió la coreógrafa mallorquina.

El cuerpo completo de baile está formado por profesionales locales, tres alumnas de la escuela de danza Rosemary Rhem y dos bailarines de Madrid y Cuba. "Apostamos por la gente de aquí, debemos compartir nuestra pasión y luchar unidos, aportando un granito de arena cada uno para impulsar el talento local", sustentó Álvarez.

Una de las diferencias con el ballet original es la estructura de la obra. La adaptación reduce la división de la obra de cinco actos a dos, manteniendo la escenografía de La Taverne Lilaspastia, en el bar; y La Corrida, en la plaza de toros; en su hora y media de duración.