La Catedral es uno de los monumentos más emblemáticos de la isla. Sin embargo, su majestuosidad y su relación con el entorno sólo pueden entenderse cuando la Seu se observa desde las alturas. El año pasado, el capítulo catedralicio permitió visitas guiadas al campanario y a las terrazas de la Catedral. Y a partir del próximo 3 de abril, estas terrazas se abrirán de nuevo. Podrán acceder grupos de hasta 25 personas, previa reserva, a un precio de 12 euros. No obstante, la primera visita de cada sábado será gratuita para los residentes.

El año pasado unas 7.000 personas accedieron a las terrazas de la Catedral entre los meses de julio y noviembre. Con estas cifras presentes, el capítulo catedralicio ha decidido que las terrazas se abrirán una vez más. En esta ocasión de abril a noviembre para aprovechar la temporada.

La visita empieza en el Portal de la Almoina. Desde ahí se accede, por una portezuela, a una estrecha escalera de caracol que permite ascender por la torre del campanario. La primera parada es una sala mediana que sirvió de refugio para fugitivos o personas que huían de enfrentamientos. En las paredes queda la huella, en forma de grafiti, de las personas que buscaron asilo en la torre. Sin embargo, la sala mediana también cumplió con la función de almacén y ahora está en proceso de reconvertirse. Según la organización de la Catedral, será una sala de interpretación.

La siguiente parada es el sistema de campanas, construido en madera de buque. Y desde ahí, ya se accede a las terrazas. Estas cuenta con un recorrido de 360 grados que dura, aproximadamente, una hora. Se puede observar todo el sistema de arbotantes y contrafuertes, el costillar que sujeta la nave central y los vitrales, que cuentan con una plafón explicativo. Durante el recorrido, los visitantes también pasarán muy cerca del rosetón mayor, formado por 1.115 cristales de colores, uno de los más grande del mundo.

Con la apertura de las terrazas, el capítulo catedralicio quiere ofrecer, una vez más, la posibilidad de ver Palma y la Seu desde las alturas. Una perspectiva diferente, con unas vistas difíciles de superar.