-¿En qué momento se cruzaron los caminos de Luis Auserón y Alberto Vizcaíno (líder de Psiconautas)?

-Es patético contarlo, pero nos conocimos a través de Facebook. Hace más de un año. La primera vez que me pidió producirle el disco le dije que no, pero insistió.

-En 2012 advirtió que no volvería a producir discos de otros.

-He hecho producciones, pero no es lo que más me guste en la vida. La de 2012 fue una producción muy desagradable, que no vamos a citar, y en la que los músicos se me rebelaron, de una manera que al final hicieron el disco que les dio la gana. Ahí dije: la última.

-Hasta que llegó Vizcaíno. ¿Son muchos los grupos actuales que le conquistan?

-No es habitual. Es raro que me motiven o me emocionen. Soy un cliente difícil. La música que a mí me interesa nadie la programa.

-¿Qué música le interesa?

-David Bazán, Micah P. Hinson, Mark Lanegan, PJ Harvey...

-Y Kevin Ayers. Usted es, junto a Vizcaíno, de los pocos músicos españoles que ha grabado alguna de sus canciones.

-Cuando yo era jovencito besaba por donde pisaba él. Los Radio Futura tuvimos la suerte de contar con la colaboración de Ollie Halsall. Para mí, la música que hacían Kevin y Ollie era nutrición diaria. Kevin fue un personaje muy importante para nosotros y su música refinada nos vino muy bien.

-¿Sabía que hoy actuará en el último escenario donde Kevin Ayers cantó en Mallorca: el Xesc Forteza?

-No, pero saberlo me pone los pelos de punta. Kevin Ayers es mi maestro.

-¿El único?

-Hay más. Dylan es el más grande. Y a Kevin le gustaba Dylan, lógicamente. Kevin era un aristócrata de la cultura. Su criterio era exquisito.

-¿Cuándo sube a un escenario siempre se transforma?

-Sí. Allí arriba me siento más persona. Yo soy un inútil en la vida normal, no hago más que meter la pata, soy muy torpe en las relaciones sociales y personales, tengo muchas crisis y me cuesta entenderme con la gente, pero cuando estoy cantando todo eso se desvanece y parece que soy el verdadero Luis.

-Continúa viviendo en Madrid. ¿Le sigue pareciendo una ciudad divertida?

-Madrid no me gusta nada. Es un sitio raro, desagradable, molesto... No me gusta salir de noche, ni sus clubes, ni la música que ponen...

"Las que hoy mandan son Shakira, Madonna y Lady Gaga. Esto es lo que nos espera. El futuro no es bonito,

sino triste"

-¿Por qué no se muda?

-Porque me atan cuestiones un poco groseras. Soy un exiliado económico en Navalcarnero. Tengo una casa en la que hay un estudio de grabación y mi supervivencia depende de mi estudio.

-¿Su hermano Santiago no le ha intentado convencer para venirse a Mallorca, donde tiene residencia?

-Ya me gustaría a mí, majo, vivir en un sitio así. El dinero siempre es el problema.

-Santiago Auserón repasará sus 35 años de carrera con Sexy Sadie en el Festival Sonorama. ¿Usted también se rinde a la música de esta banda mallorquina?

-Sí, tengo varios discos de Sexy Sadie y les vi en El Sol (sala de Madrid) tocando con Big Toxic, un concierto brutal. Me gustan mucho. Intentaré ir al Sonorama.

-Últimamente se nos están yendo muchos grandes: Lou Reed, Chuck Berry, Bowie...

-Lo de Bowie me pilló muy por sorpresa. Yo no sabía nada y me hundí literalmente. No quería hablar con nadie. Todavía no me he repuesto pero ahora por lo menos puedo escuchar su disco Blackstar. Cuando lo pongo soy muy feliz aunque lloro un poquito. La muerte de Bowie es un punto decisivo en la historia. Tengo una teoría: la industria nunca más va a consentir que exista ni un Morrison, ni un Dylan ni un Lennon ni un Bowie. Los jefes son ellos y quieren chicas guapas manipulables, no rebeldes que lo joden todo. Cuando estos aparecieron, la industria no tenía la fuerza que tiene hoy y quienes mandaban eran Lennon y compañía. Jim Morrison era más conocido e importante que el presidente de EE UU. Hoy ya no pasa eso. Dylan ya no manda. Las que mandan son Shakira, Madonna, Lady Gaga... Esto es lo que nos espera. El futuro no es bonito, es triste.

-¿Sigue cultivando la pintura?

-Muy poquito. Este año he pintado un cuadro. El trabajo musical es muy absorbente. No sería capaz de llevar una labor plástica paralela. Tengo que elegir.

-Su último disco, Lógica y proporción

-En un concierto en el que coincidimos me dijo que quería hacer él la portada. "Joder Pepe. Eres un artista de mucho nivel y yo no tengo dinero para pagarte", le dije. "No me tienes que pagar nada", contestó. Las relaciones con la compañía se complicaron y pasé unos meses luchando al teléfono por la publicación del disco. Cuando volvía a llamar a Pepe (José Alfonso Morera, el Hortelano) me contaron que estaba malito. Su entorno me confesó que le hacía mucha ilusión hacer la portada. En el último momento le llegó el disco y me han dicho que lo cogió, se recostó, no lo soltó, y ahí se fue, horas después.

-Un álbum, Lógica y proporción

-A la gente le da mucho miedo confesar que es débil. A mí me da lo mismo. Aunque sea débil te podría partir la cara (risas). Me han llamado muchas veces débil, lo cual me pone un poquito de mala leche, pero sé que es verdad. Soy muy débil pero soy un macarra.

-¿Qué le parece la condena al rapero Valtonyc?.

-Me irrita muchísimo. Si quieren pueden prohibir Lógica y proporción porque ahí digo barbaridades muy similares. Pero como soy más sofisticado literariamente no se dan cuenta. Yo también digo que este mundo es una mierda y que lo paren, que me bajo.