El homenaje de esta película a Thelma & Louise (R. Scott, 1991) es demasiado evidente. Más vínculos tiene con Il sorpasso (D. Risi, 1962). Respecto a estas road movies antológicas, Paolo Virzì aporta una capa dramática muy interesante en el estado mental de sus protagonistas. Donatella (Ramazotti) sufre depresión aguda, enraizada por una familia humilde y desestructurada. Beatrice (Bruni Tedeschi, hermana de quien se imaginan) tiene un trastorno bipolar, es de familia muy acomodada, hiperactiva, astuta, culta y bocazas. Ambas cargan condenas a sus espaldas, la primera por intento de homicidio, la segunda por estafa. Ambas están ingresadas en un centro privado de la Toscana porque el gobierno está a punto de cerrar todos los centros psiquiátricos para delincuentes. La obsesión de una por recuperar la dulce vida de antaño y de la otra por ver a su hijo las llevarán a una tocata y fuga por medio país, en la que irá fraguando su amistad y comenzarán a reconciliarse con ellas mismas.
La película es mucho más drama que comedia. La volatilidad de las protagonistas tiene al espectador en tensión todo el tiempo. El ritmo es acelerado, los incidentes se encadenan sin apenas respiros. El guión es impecable porque ha contado con un potente asesoramiento de especialistas. Las actuaciones de Bruni y Ramazzotti también de nota muy alta. El tema, una de las lecturas que se extraen del filme, es que los pacientes mentales exigen un redoble de paciencia con ellos porque no han elegido esa condición voluntariamente. Porque tienen tanta humanidad, tantas ganas de vivir, como los que nos creemos normales.
Locas de alegría
Italia, 118 min.
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Director: Paolo Virzì. Actores: Valeria Bruni Tedeschi, Micaela Ramazotti, Valentina Carnelutti. Cines: Augusta, CineCiutat
