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Crítica de música

Palma como Wittenberg

Con el fin de recordar el quinto centenario de la carta que Lutero dirigió a la Iglesia Católica con el título de Disputatio pro declaratione virtutis indulgentiarum y que clavó en las puertas de la iglesia de Wittenberg en 1517, Fernando Marina y su Acadèmia 1830 (coro y orquesta) prepararon un programa íntegramente formado por cantatas de Johan S. Bach, en concreto las BWV 82, 84 y 140, además del coro inicial de la 102. El barítono Tomeu Bibiloni y la soprano Irene Mas pusieron voz a las partes solistas, así como Blai Justo asumió el rol de concertino del grupo instrumental, que contó con la siempre potente baza del oboe de Juan Rodríguez.

La interpretación de todo el concierto se mantuvo dentro de los límites de la corrección, sin puntos culminantes pero sin ningún desacierto. Bach exige mucho, y tanto solistas como director y formación lo saben, por eso el grado de entrega y profesionalidad fue destacable. El Coro cantó bien, afinado pero poco alemán en la dicción, sobre todo los hombres, cuya cuerda de tenores sí brilló en el movimiento coral de la BWV 140, una de las obras barrocas con más bello inicio instrumental.

La Orquesta sonó elegante, con dos interesantes cuestiones remarcables: la fuerza del continuo y los momentos de acompañamiento solista (violín y oboe, de nota).

Tomeu Bibiloni estuvo mejor en el Wachet auf que en Ich habe genug, que cantó con un estilo un tanto operístico. Bach exige otra, no más, delicadeza. Seguro que con el tiempo el barítono mallorquín modelará su voz cuando cante esas joyas del barroco. Lo bien que dice los recitativos así lo indica.

De Irene Mas ya conocíamos su buen hacer cuando por lo que a cantar Bach se refiere, lo interpreta muy al estilo Karl Münchinger, a medio camino entre la pureza original y el romanticismo. Poco a poco se ha convertido en la voz bachiana por excelencia entre los cantantes mallorquines. Trabajar con Jordi Savall y René Jacobs debe notarse en algo, ¿no?

Fernando Marina optó por unos tempi curiosos, coherentes pero un tanto lentos. De todas maneras merece los mejores parabienes, por su constancia y por sus proyectos. Mantener una Acadèmia como lo hace y con los pocos recursos que es de suponer dispone, solamente es posible a través del trabajo y la ilusión. Enhorabuena también por la introducción antes del concierto. De verdad que este tipo de charlas ayudan y sitúan al público.

Cantates de J. S. Bach

Església de Santa Magdalena de Palma

***½

Cor y Orquestra Acadèmia 1830

Irene Mas, soprano.

Tomeu Bibiloni, baríton

Fernando Marina, director

18-03-17

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