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Crítica de teatro

Un toque de picante

Para bien (sobre todo) y quizás para no tan bien (porque todo el mundo espera de él la Luna, y eso no es justo), este maravilloso actor y excelente creador que es Toni Gomila continúa marcado por ese hito, no ya artístico, sino sociológico, que ha sido y continúa siendo su Acorar. En esa misma línea se situaba Herodes Rei, si bien con mayor complejidad. En Infinir, sólo como autor, Gomila exploraba otro registro, bien por su atrevimiento.

Con Peccatum, que su empresa, Produccions de Ferro, nos presenta como "Pornorondalles", o, más bien, aprovechamiento de las pinceladas picaronas que puedan picotearse, aquí y allá, en ese colosal monumento de nuestra cultura que es el Aplec de rondalles de Mossèn Alcover, me da la impresión de que Gomila, como actor y como dramaturgo, regresa, básicamente, a la senda de Acorar: no sólo a ese lenguaje castizamente mallorquín, mágico, tradicional, entrañable, sino también a una fórmula escénica mucho más íntima. Sólo dos intérpretes, con esa manifiesta complicidad que se establece con Catalina Florit (estupenda actriz), y la cercanía al espectador que, al menos en el caso del acogedor Mar i Terra, permite la polivalencia de su estructura.

En el empeño de insuflar contemporaneidad a ese fabuloso filón escénico que son las Rondalles se encuentra uno de los encantos del espectáculo, pero puede que también una de sus complicaciones; porque ese ritmo sincopado, esa estructura casi de tráiler cinematográfico, es difícil de encajar con el género primigenio. El trabajo de los dos únicos actores es sobresaliente y la función, francamente divertida.

Peccatum

TEATRE MUNICIPAL MAR I TERRA (PALMA)

***

Autor: Antoni Maria Alcover. Dramaturgia: Toni Gomila. Intérpretes: Toni Gomila y Catalina Florit. Espacio escénico: Joan Miquel Artigues. Iluminación: Dani Noceda.

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