"Creo que la imagen sobre Cela está distorsionada. Conocemos bien su faceta como personaje, la de quien aparecía en los anuncios de Campsa y que acudía a los programas de televisión. Por el contrario, en su intimidad el escritor era correctísimo: alguien que te ponía y te retiraba la silla y que te hacía sentar en el mejor sitio de su casa. Sin embargo, creo que hay que recuperar su faceta como escritor. La Colmena es una obra maestra del siglo XXLa Colmena; no tengo ninguna duda". Así se expresó ayer la escritora Carme Riera (Palma, 1948), quien impartió la primera ponencia del congreso 100 años de Camilo José Cela, organizado por la Universitat de les Illes Balears (UIB) con motivo del centenario del nacimiento del escritor nacido en Padrón (La Coruña) en 1916 y quien durante más de treinta años vivió y creó genialidades literarias en la isla.

Cela vino a Mallorca -según recordó Maria Payeras, catedrática de Literatura Española de la UIB, así como antigua alumna y amiga del literato- para acabar de escribir su novela La catira. Era 1954 y el escritor se quedó maravillado con la geografía de la isla, con el respeto a la privacidad por parte de los mallorquines, con la atmósfera y la arquitectura del Hotel Formentor. Aunque, sobre todo, forjó una estrecha amistad con Tomeu Buadas, por entonces propietario del hotel, y con quien comenzó una andadura literaria que, con el tiempo, se traduciría en las Converses literàries a Formentor.

Un Formentor poliédrico

Es por ello que Riera, nombrada el pasado lunes doctora honoris causa por la UIB- tituló su ponencia como Los Formentores de Cela. Una lección magistral que no hizo más que ensalzar el carácter "poliédrico" del autor de obras como La familia de Pascual Duarte (1942) o Madera de boj (1999). Poliédrico, amplio, porque -para Riera- hablar de Formentor en singular empequeñece el significado de este enclave al norte de la isla. Según la catedrática, coexistieron cuatro Formentores en uno: el que conecta a Cela con el paisaje; el que se centra en el hotel como edificio singular; el que abraza la férrea amistad entre Cela y Buadas y el que rodea a la vertiente literaria del lugar.

Desligado este último aspecto del resto y preguntada Riera por la posible influencia del Nobel sobre su obra, la mallorquina respondió que "en absoluto", es nula. Sin embargo, sí que reconoció que el literato es un "grandísimo escritor" y auguró una larga vida para la novela Viaje a la Alcarria, que según ella "se seguirá leyendo durante muchos años".

Las conversaciones poéticas entre el 18 y el 25 de mayo de 1959 en Formentor fueron sinónimo de una "mutua comprensión" entre diferentes autores provenientes de lugares y lenguas distintas. Fue un encuentro literario organizado por la revista Papeles de Son Armadans, dirigida por Cela.

Allí, con luna llena, como recordó Riera, se citaron autores como Vicente Aleixandre, Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Manuel Caballero Bonald. El encuentro también sirvió para establecer contactos e intercambiar conocimientos. Papeles de Son Armadans publicó un número extraordinario con un Poemario de Formentor, en el que -además de los mencionados y algunos más- escribieron en catalán Carles Riba, Villangómez, Josep M. Llompart o Blai Bonet.

"Estoy muy contenta y muy agradecida a la Universitat de les Illes Balears por este inmerecido galardón", afirmó Riera acerca de su nueva distinción. "Me hace mucha más ilusión que si el nombramiento viniera de otra universidad porque esta es mi casa", apostilló la escritora, quien estuvo escudada por el rector de la UIB, Llorenç Huguet que avanzó que el acto de investidura de la recién honoris causa será en Semana Santa.

Por su parte, la nieta de Cela, Camila Cela Marty, quien tan solo vio en persona una vez a su abuelo, dijo haber descubierto que este había colaborado en un movimiento de disidencia cultural, encaminado a la defensa de la libertad de expresión y de pensamiento. Aseverado en palabras de Payeras, "Cela sirvió de enlace con la literatura del exilio y con aquellas lenguas diferentes a la española".

Además, ayer hubo otros ponentes, como Julio Neira, Pilar Arnau, Blas Sánchez Dueñas y Xelo Candel. Todos ellos disertaron sobre la figura de un Cela como agente cultural.