"Quería demostrar con una tesina que la novela negra es una fuente de primer orden para estudiar la historia contemporánea", comienza diciendo Sebastià Bennasar (Palma, 1976), autor de L'imperi dels lleons, novela negra que el escritor presentó ayer en la librería Quars con motivo del ciclo Febrer negre y que hoy visitará a los alumnos del IES Ses Estacions de Palma.

El comienzo de esta novela data de 2011, año en que Bennasar estudiaba un Máster de Historia Universal. "Allí topé con Barcelona Connection, de Andreu Martí, y pensé que detrás de la banda de Raymond Vaccarizi había toda una historia que contar", asegura el escritor sobre un libro que parte del año 1972, cuando la banda criminal de Jean Neige se hace con el control de la mafia en Lyon, urbaniza la Costa Brava y controla la prostitución de media Europa.

A raíz de ello, en 2006, cuando la banda entra en declive, Bennasar continúa una historia con el hijo Jean Neige, Pascal, nombre ficticio en la novela, pero basado en un hecho real. Así, "Pascal debe decidir si continúa las actividades delictivas de su padre o no ", añade el autor.

Esta novela negra se trata de una crook story, ya que son los criminales quienes cuentan la historia, iniciada en los años treinta en los EEUU y que perdura hasta nuestros días. Y cuenta todo lo que ha hecho esta organización para conseguir "el máximo el poder". Un grupo de jóvenes universitarios franceses de clase media deciden dar un salto cualitativo y dedicarse al robo de bancos. A partir de entonces, llegan a ser los máximos importadores de hachís de Europa.

"Sin embargo, tienen muchísimos negocios legales, restaurantes y sobre todo se dedican al cemento y hormigón (construcción)", comenta el artífice de un libro con algunos capítulos situados en Mallorca, y que en forma de "clave" habla sobre el Bon Sosec y el exalcalde de Palma, Joan Fageda.

"Hay un exceso de novelas de procedimiento policiaco", apostilla Bennasar, en el sentido de que hasta 1957 las novelas negras no incluían a policías en sus historias. Además, incide en que ahora el ochenta por ciento de las novelas contemporáneas gira en torno al mundo policiaco.

Con respecto a sus dos anteriores novelas, El País dels crepuscles (2013) y On mai no creix l'herba (2015), el escritor reconoce que L'imperi dels lleons "está mucho más trabajado" desde el punto de vista de la documentación y que el 70% de lo contado se basa en un hecho real. "es una novela más clásica, en el sentido que está más ceñida a la tercera persona", concluye.