Trajes que pueden mover unas alas, plataformas imposibles y ´pelucones´ de vértigo. Brillante, colorido, pero sobre todo, original. Las más de 500 prendas que visten Priscilla, reina del desierto superan la fantasía más visionaria. El backstage del Auditòrium atesora desde ayer y hasta el domingo un diamante en bruto ganador de un Oscar a mejor vestuario en 1994. "Este vestuario para mí es el más interesante porque es el original ganador de todos los premios -laureado con el premio Tony-. Con él se produjo el espectáculo en Londres hace ocho años y está diseñada por los mismos que la crearon para la película. Por el mundo hay muchos Priscillas, pero sólo nosotros tenemos el premiado", presumió Juanjo Dex, jefe de vestuario de la producción.

Para que toda la magia y la diversión de este musical tan colorido y ´drag´ funcione a la perfección hay detrás un trabajo de vestuario que pocas producciones llevan a su espalda. Cada uno de los trajes van acompañados de sus respectivos tocados, pelucas y sombreros, que suman cerca de 250. Ninguno repite en escena. "El factor tiempo es lo más complicado. Los sastres tenemos una coreografía como los actores. Un tiempo marcadísimo que compartimos con microfonía, peluquería y caracterización", aseguró Dex.

Al ritmo de los grandes éxitos de los 90, el equipo de vestuario, peluquería y maquillaje deben sincronizar sus movimientos para caracterizar a los 40 artistas en un tiempo récord para resplandecer sobre el escenario.

"Una peculiaridad es que para conseguir que en las 23 escenas vayan maquillados diferentes, se han creado máscaras a medida para cada actor", explicó Débora Carbonel, jefa del equipo de maquillaje. Para lograrlo, se mandó imprimir una réplica en 3D en yeso de los rostros de los actores para diseñar sobre ellos las máscaras.

La magia de Priscilla, reina del desierto comienza tras el escenario y se expande hasta el patio de butacas. La cantidad de pestañas postizas que conforman la caracterización de este divertido musical superan a las naturales de los espectadores, aunque el producto estrella del musical es la purpurina.

A una hora de comenzar su primera función en Palma, todo aguarda su turno en los armarios fabricados exclusivamente para su transporte. Les quedan pocos minutos para salir a escena, pero los paillettes, los tuls y las plataformas de vértigo aguardan tranquilos en sus puestos. Todos forman un equipo en perfecta sintonía que han demostrado que "They will survive" cualquier escenario.