M.Night Shyamalan es especialista, desde el lejano éxito de El sexto sentido, en polarizar a los críticos. Como Múltiple va de psiquiatras, me tumbo en el diván de los pacientes impacientes. Las virtudes del cineasta como realizador son muchas e innegables. En la fotografía, en el ritmo en el montaje? La gráfica de los títulos iniciales es potentísima. En la dirección de actores McAvoy supera con notable su complejo papel. Buckley, la terapeuta, ídem. Las adolescentes están muy verdecitas.
Como guionista me chirría una y otra vez. Le encanta el suspense, le encanta el terror, le encanta jugar con los espectadores. Pero traspasa una alambrada invisible que Hitchcock por ejemplo siempre respetó. Es, metáfora simple, la diferencia entre el póker y los trileros. Shyamalan tiende una tendencia irrefrenable a esconder hechos o personajes cuando no hace falta. O saltar de géneros sin avisar, sin grumejar. Y a retorcer la verosimilitud. Me explico (y destripo). El trastorno de personalidad múltiple existe está reconocido por la psiquiatría oficial. ¿Hacía falta que a un paciente rarísimo aunque los hay, que tiene 23 desdoblamientos le añada además un vigésimocuarto sobrenatural y homicida? Con media docena de chaqueteos mentales, a lo sumo, hubiera sido mucho más creíble. Y más leña con la adolescente más inteligente (Taylor-Joy) víctima de abusos sexuales y después huérfana. Por último, en esos jugueteos no se aprecia un tema. Mejor dicho, sí, el de la gente incomprendida. Tres de los personajes principales, (doctora, paciente y la citada chica) lo sufren. Como el director con los críticos. Resumen: película sólo para los (respetables) fans del director.
Múltiple
**½
Nacionalidad: Estados Unidos, 116 mins. Director: M. Night Shyamalan. Actores: James McAvoy, Betty Buckley, Anya Taylor-Joy, Jessica Sula. Cines: Ocimax, Porto Pi, Multicines Manacor, Cinesa Festival Park.
