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Entrevista

Nicolas Descharnes: "Solo me queda por descubrir si Dalí ha domesticado la muerte"

­­El máximo experto internacional en la catalogación de la obra de Salvador Dalí, Nicolas Descharnes, visitó ayer Palma para participar en una...

Nicolas Descharnes, ayer durante la mesa redonda en la que participó en Es Baluard. b. ramon

El máximo experto internacional en la catalogación de la obra de Salvador Dalí, Nicolas Descharnes, visitó ayer Palma para participar en una mesa redonda en torno a la película La llave Dalí. Una cinta inspirada en el descubrimiento que Tomeu l'Amo realizó tras 26 años de investigación, al determinar que el cuadro de nombre El nacimiento intrauterino pertenece al genio de Figueres.

-¿Los secretos de Dalí han sido descubiertos?

-No. Dalí es sinónimo de enigma. Él mismo dijo que harían falta siglos para descifrar su misterio.

-¿Qué queda por revelar del genial artista?

-Si ha domesticado la muerte.

-¿En qué consiste el código de Dalí?

-Hay dos aspectos: uno, clásico, que es la confrontación entre la ciencia y la espiritualidad; y otro, que desconecta la espiritualidad del materialismo.

-¿Todavía hay dalís que permanecen en el anonimato?

-Puede ser. Ahora mismo tengo tres sobre mi mesa. Me llevará tiempo certificar o no si son auténticos.

-¿Cuál fue su primera reacción cuando recibió una llamada desde Mallorca, la de Tomeu l'Amo?

-Escepticismo. Lo más difícil ha sido demostrar que esa obra de madurez, El nacimiento intrauterino de Salvador Dalí, la hizo en su periodo de juventud, solo con 17 años. Es una obra auténtica, sí, es un Dalí. Suelo hacer el camino inverso, es decir, me pongo en la piel de un falsificador y trato de imaginarme cómo podría haber pintado ese cuadro.

-¿Cuál es su primer recuerdo daliniano?

-Estar en su taller y verle pintar Lincoln in Dalivision. Dalí se giró y al verme con mis gafas, me dijo: "No, para mirar este cuadro debes ponerte las gafas del revés". Dalí era un genio pintando, pero también fue un estupendo escritor, con una obra muy inspirada en Francesc Pujols, un filósofo enorme.

-¿Cómo era el Dalí cotidiano?

-Muy tranquilo. Se soportaba como genio pero me queda un aspecto por estudiar: a mediados de los años 70 Dalí escribió una ópera-poema, Être Dieu, en la que aborda la política, un tema en el que me gustaría profundizar.

-Hijo de Robert Descharnes, quien colaboró como fotógrafo de Dalí durante cuarenta años, muchos de los cuales fue su secretario y biógrafo. ¿Cuál fue su mayor lección?

-Conmigo y mi hermano dejó que las cosas surgieran por sí solas. Crecí al margen de toda noción de autoridad. Mi padre perdió al suyo teniendo dos años.

-¿Dalí les contagió algo de su locura?

-No, ni a mí ni a mi padre. Para Dalí, la locura era un ejercicio de provocación. La provocación es necesaria para despertar a la gente.

-¿Quién encarna hoy en el arte la provocación que Dalí hizo suya?

-El disidente chino Ai Weiwei. Me impresionaron sus esculturas en mármol de las cámaras de vigilancia [colocadas por el gobierno en su estudio].

-¿En qué trabaja actualmente?

-Mi próximo estudio estará centrado en la influencia de Ramon Llull sobre Dalí. Llull fue otro genio, un hombre completo antes del Renacimiento. Ahora mismo estoy traduciendo la de Juan de Herrera, el arquitecto de El Escorial. Analizo su Tratado del cuerpo cúbico y busco paralelismos con Llull y Dalí [autor de la obra A propósito del discurso sobre la forma cúbica de Juan de Herrera].

-Su padre se enemistó con la Fundación Gala Dalí, a la que acusaba de no difundir bien su obra. ¿Usted les aprueba?

-Sí, hacen muchas exposiciones aunque puede parecer les falte una pasión real por su trabajo.

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