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Crítica de música

Shakespeare 1, Llull 2

Emocionado estaba Salvador Brotons después de dirigir la última nota de su Cantata de Randa en el Auditori de Manacor. Y no era para menos, todo el público puesto en pie ovacionaba al autor y a los intérpretes como pocas veces se ha visto. Tanto es así que los bravos y las aclamaciones obligaron a repetir el último movimiento de esa obra que el compositor y director catalán ha dedicado a Mallorca utilizando nuestra figura más universal.

La obra es espléndida, muy bien construida, llena de guiños y complicidades que el oyente puede identificar fácilmente como el Cant de la Sibil·la o el Veni Creator Spiritus, tal vez la más bella de todas las melodías gregorianas.

Mientras una voz narra y sitúa históricamente la historia del sabio (de forma muy pedagógica, por cierto), la orquesta, el coro y los dos solistas (soprano y barítono) ofrecen una antología de la música medieval, eso sí, pasada por un filtro contemporáneo. Brotons, uno de los grandes compositores actuales, deja su huella en esa obra que está destinada a tener un amplio recorrido después de su estreno en Manacor y de su reestreno el próximo sábado en Barcelona.

Los dos solistas (la soprano Marta Mathéu y el barítono Josep Ramon-Olivé), sin excepción, cantaron muy bien sus partes, nada fáciles por cierto. La rapsoda (la actriz Silvia Bel), con algún que otro desajuste seguramente motivado por la escasez de ensayos, con muy buena dicción, hizo muy entendibles los textos de Neus Dalmau. El coro, soberbio; muy delicado en las partes más líricas y lleno de vigor e incluso teatral en los climax, siempre afinado. Así como la Orquestra, que, una vez más, dio una lección de buen sonido.

Pero claro, esa Cantata llenaba la segunda parte de la sesión en la que tres obras más se ofrecieron en la primera.

Reflecting Hamlet de David León, también estreno, abrió el concierto. Se trata de una partitura en la que el compositor no pretende explicar la obra de Shakespeare sino que intenta profundizar en la psicología del personaje. Y los consigue. La duda como motivo de reflexión musical. Obra interesante, muy audible, en la que quizás le falte desarrollar algunos de los temas, eso sí, muy inspirados, lo que le daría un mayor empaque.

Con La Tempesta y Romeu i Julieta de Tchaikovsky se llegó al descanso. Dos composiciones realmente magníficas, la segunda, sin duda, uno de los hits del romanticismo. Y aquí, todo y el conocimiento que tiene de esas obras el director (Brotons las dirigió de memoria), se notó, y mucho, la falta de ensayos. La orquesta hizo una lectura y poco más de ambas. Faltaron matices, entonaciones, enlaces entre las frases, musicalidad en definitiva.

Con todo, pero, una noche para el recuerdo.

Orquestra Simfònica de Balears

Orfeó Català

Solistes vocals

Auditori de Manacor

****

Obres de León, Tchaikovsky y Brotons

Salvador Brotons, director.

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