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Entrevista

Lucía Etxebarria: "Quedar con un desconocido sin haberte metido algo es complicado"

"Las aplicaciones como Tinder crean adicciones cruzadas: a la tecnología, al sexo y a las drogas"

Lucía Etxebarria, durante la conferencia en la Biblioteca Ramón Llull. manu mielniezuk

Aviso importante. La siguiente entrevista puede despertar una serie de sentimientos encontrados, sobre todo a las mujeres soñadoras que confían en el patrón tradicional de la pareja 'hasta que la muerte nos separe'. El mensaje es tajante: este tipo de relación nunca ha existido, ni en el Medievo ni ahora.

"El modelo de relación del siglo XX era la monógama, para toda la vida, pero era pura apariencia porque de puertas para adentro no existía, sino que el hombre poseía el beneplácito de actuar como quisiera mientras no fuera muy obvio y la mujer hacía lo que quería a escondidas; ahora encontramos el perfil de la monogamia sucesiva, que son varias relaciones monógamas a lo largo de la vida", espetó Lucía Etxebarria horas antes de ofrecer una conferencia en la Biblioteca Ramon Llull sobre su último libro Más peligroso es no amar. Los nuevos modelos de relaciones socioafectivas en el siglo XXI.

La monogamia sucesiva es sólo uno de los modelos que describe en su libro. Un manual para enfrentarse a la idea clásica en el que también explica lo que denomina las familia mecano: "Dos parejas han tenido hijos con otros y al divorciarse acuerdan encuentros los fines de semana; pero qué pasa si has tenido tres niños con tres hombres diferentes, estos acuerdos quedan obsoletos", aclaró la escritora.

Anticuados como la idea preconcebida de pareja, a pesar de que la Real Academia Española mantiene como uno de los significados de la palabra "conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación o semejanza". El poliamor o las triejas son otro de los ejemplos de relaciones que, recalca, no son sistemas modernos. "En el poliamor todas las partes implicadas conocen la situación y la consienten, pero no tiene porqué ser sexual. La relación no es follar, no tiene nada que ver con sexo sino de vínculos de profundo amor y cuidado", especificó Etxebarria.

Confianza y sexo

Dos vocablos que en la educación tradicional intimaban en el lecho con la idea de "las mujeres deben comportarse, si no son unas putas; los hombres si están con muchas mujeres, son superman." Una actitud machista presente en la música o en programas de televisión. "Los hombres y las mujeres tenemos un concepto diferente del amor. Socialmente se nos induce a pensar de esta forma. Con programas como Mujeres, hombres y viceversa o con letras de reggaeton como si sigues así voy a violarte o a ella le gusta la gasolina, me temo que ha habido una involución", aclaró.

"Enamorado solo se está de una persona y como máximo tres años; el amor dura mucho más. Yo amo a mi perra, a mi hija y a mi familia, y de verdad. Enamorarse no es amar, es un subidón hormonal", aclaró ante la duda de poner entredicho los mitos sobre un amor romántico.

Los datos hablan por sí solos. La escritora llevó a cabo una ardua investigación que acredita que n0 se trata de una visión pesimista de las relaciones, sino una "visión objetiva del Centro Superior de Investigaciones Científicas, entre otros. De cada diez matrimonios, siete se divorcian y solo uno supera la prueba de fidelidad mutua. No es que sea positivo, sino que hay que aprender que somos así y que se pueden vivir las relaciones de otra manera".

Por lo tanto, Lucía Etxebarria sostiene que "nosotros genéticamente como especie no estamos dotados para la monogamia, somos gorilas un poco más evolucionados, podemos adaptarlo y construirlo; los que lo consiguen lo hacen sobreponiéndose a su dotación genética, con un enorme esfuerzo".

De vez en cuando vemos en los medios historias románticas de ancianos que fallecen simultáneamente cogidos de la mano; o al abuelo esperando en el aeropuerto con un ramo de rosas después de más de medio siglo casados, y el corazón se encoge. Son vivencias verídicas, pero escasas. "¿Cuántos padres de tu círculo continúan juntos?", planteó la valenciana. Pocos, la verdad. De bruces con la realidad. "Se heredó el sistema de 'para toda la vida' porque antes no les quedaba otra y cambiar un ciclo es muy difícil. Ese 10% de matrimonios existe, pero conlleva trabajo", recalcó.

Precisamente, este pequeño porcentaje al que uno puede aferrarse si su objetivo es una pareja a la vieja usanza puede generar frustración. "Si afortunadamente se tiene un ejemplo de padres que siguen juntos cercano, es probable que si no se consigue cree una frustración espantosa cuando simplemente es aceptar que no es en su casa es diferente, pero no es el drama del siglo", aclaró Etxebarria.

Poliadicción

En Más peligroso es no amar, la novelista advierte de los peligros que generan las nuevas oportunidades de flirteo a través de aplicaciones como Tinder o Grinder, donde el amor queda relegado por el sexo. "Puedes organizarte la semana con una persona diferente y sin pagar. Esta facilidad crea patologías mentales cruzadas: la adicción a la tecnología, al sexo y a las drogas", sostuvo, aunque perfiló la personalidad propensa a padecer esta poliadicción en "gente que se siente muy sola y con pocas relaciones sociales reales. Quedar con un desconocido sin haberte metido algo es muy complicado".

Los clásicos tienen dos opciones: confiar en ese diez por ciento o resetear sus mentes con laincuestionable ayuda de Lucía Etxebarria.

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