-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿A quién le recuerda Ramon Llull?"
-¿De carne viva? Ha de ser un personaje medieval, el estereotipo del filósofo, no lo identifico con una persona actual. Veo poco cine, pero le encaja la estética medieval de El señor de los anillos.
-Se ha pasado catorce años mirando a Ramon Llull.
-Y diciendo "éste lo es, éste no". Medía 1.63, era delgado, envejecido, con barba larguísima, facciones proporcionadas, calvo desde joven, con la piel sonrosada de la Catalunya Nord y no con el moreno del Mediterráneo sur.
-Con 1.63, no era físicamente un gigante.
-En la época medieval eran mucho más bajos. Tenía una constitución muy buena, un hombre de 83 años al que no le encontraron ninguna artrosis ni caries. Llull era genética y cerebralmente un supermán, se embarca hacia Àfrica siendo un octogenario.
-Solo hay un retrato de Llull en vida, cuatro trazos.
-Es un esbozo caricaturizado, se supone que lo dibujó el monje como foto carnet de quien donaba el manuscrito. Se aproxima al natural. También sirven las miniaturas de Karlsruhe, poco después de su muerte y con su imagen todavía fresca.
-Llull nos hubiera martirizado hoy con las fotos de sus viajes en Instagram.
-Llull es uno de los escritores medievales más representados. Las colecciones particulares encargaban un Ramon Llull como exvoto si les había curado. En las casas de la nobleza no falta un episodio de su biografía, normalmente una iluminación o martirio. Lo mismo ocurre en las iglesias, incluso en Santo Domingo.
-Llull se autorretrata en ´Blanquerna´ como un joven galán de Hollywood.
-Porque tenía una actitud propagandística. Según él, debía tener encanto, charme, duende. Atraía a las mujeres y viceversa, durante su vida mundana. Después dio un vuelco.
-¿Acertó TV3 en su ´Jo, Ramon Llull?
-Me pareció regular, no acabo de verlo muy claro. La mezcla de documental y ficción no era ni chicha ni limoná. IB3 estuvo más acertada.
-Mahoma, Llull, Osama, la misma barba profética.
-O los brahmanes, la barba documenta en todas las culturas al anciano que ha adquirido sabiduría a través de los años. El Dalai Lama es la excepción.
-Un congreso de lulistas parece el club de los poetas muertos.
-El lulismo ha resucitado, tras épocas más apagadas. Esta muy en boga, intenta ser multidisciplinario y abrirse a ramas no tan humanísticas.
-¿Cada cuánto se duchaba Ramon Llull?
-No lo puedo contestar, la higiene no era muy buena. Vestía con una cofia con orejeras y hábito de pobre.
-¿Cada cuánto lo lavaba?
-No se sabe, los franciscanos lo incorporaron a su orden antes o después de muerto, cuando ya se le veneraba con la devoción de un santo.
-"Mirada de contemplativo y navegante" es tan indeterminado como "mirada de taxista".
-Llull parece penitente y ermitaño, pero tiene poco de ambos porque se pasa la vida de arriba abajo. Es un trotamundos que vive un trajín total.
-¿El peritaje de su caligrafía en ´Ego Raymundus´ permite retratar al personaje?
-No sé tanto, pero se han hecho perfiles psicológicos que lo retratan como ciclotímico.
-De Luis XIV a John Lennon, la iconografía construye al personaje.
-Me interesa esa evolución de la imagen, que acaba fijándose en la sociedad. La nobleza romana hacía una mascarilla de cera del cadáver, la talla del sepulcro de Llull se esculpió siglo y medio después de su muerte.
-El primer Ramon Llull de Mallorca está en la iglesia de Sant Miquel.
-Mi hipótesis es que no se trata de Ramon Llull. Hasta el XIX no lo identifica Bartomeu Ferrà, y creo que se equivoca. Le falta el atributo, pero sospecho que es san Antonio Abad. Los lulistas exaltados la pifian a veces.
-¿Aprueba el bronce de Horacio de Eguía cerca del Consolat?
-Allí desemboca en 1967 un siglo y medio de propuestas fallidas, para dedicarle un monumento cívico por parte de Palma. Hubo proyectos mejores que no se hicieron, como el de Ferrà. La Renaixença proclama a Llull patriarca de la lengua catalana, y se encargan estatuas incluso para jardines privados, como enanitos de Ikea.
-¿Llull era narcisista?
-A él le interesaba su obra, que quedaran sus libros, pero después de su muerte hubo un intento propagandístico por aprovechar su imagen. Catalina Tomàs es más asequible y vendible, pero Llull está por toda Mallorca aunque no se le vea. Es lo más universal que tenemos, grandioso, estudiado en todo el mundo.
