La Galería Horrach Moyà inaugura hoy, a las 20 horas, Fragmentos a su imán, una exposición pictórica en la que cinco individualidades artísticas se aúnan para revelar distintas aproximaciones a la pintura figurativa contemporánea y mostrar su particular visión sobre la cotidianeidad y acerca de la desorientación existencial en la que está sumido el ser humano.

La muestra, que toma prestado el título de poemas del escritor cubano José Lezama Lima, se estructura en pequeños cosmos artísticos que participan de la realidad de la pintura. Léanse los paisajes naturales y urbanos; interiores, bien inacabados, habitados o vacíos. Los cinco artistas que exhiben obra en esta exposición son Carles Congost, Dexter Dalwood, Yuko Murata, Muntean/Rosenblum y Girbent.

"Para Girbent una parte muy importante de su obra es el tema del original, de la copia, de la repetición de la variación, de lo que es real y lo que es falso; un artista que juega con lo real y lo que se asoma a la ficción, a la imaginación", asegura Helena Juncosa, la comisaria de esta muestra, sobre un artista que siempre acompaña sus obras de texto, de explicación.

Mientras, la obra de Yuko Murata, en formato pequeño, muestra unos paisajes con composiciones "muy simples", en los que se representan animales y plantas. Unas pinturas "irreales", como indica Juncosa sobre una artista "influida por la pintura japonesa del siglo XVIII".

En pequeño formato también se expone en la Horrach Moyà la obra del artista multidisciplinar catalán Carles Congost. A pesar de que su trabajo se centra principalmente en la producción audiovisual, la galería presenta una selección de sus pinturas inéditas, "que dan forma a un universo surrealista y fascinante". Como indica Juncosa, "en sus pinturas, Congost utiliza las imágenes del universo pop como datos de la realidad, cuya apariencia puede romperse en cualquier momento". Además, en sus trabajos "el artista parte de un proceso mucho más íntimo donde parece añorar el romántico ensimismamiento del artista en su taller".

Por otra parte, en el trabajo del pintor inglés Dexter Dalwood, quien "pinta paisajes, muchos interiores, en los que nunca hay personas, siempre se hace referencia a la historia, a un hecho histórico particular o a un personaje". Una de las obras expuestas en la Horrach Moyà, El estudio de Mao, supone una revisión de una obra hecha anteriormente por Dalwood y pretende reflejar la situación de la China del siglo XXI, en la que "Mao perdió todo su poder". Por último, el trabajo de Rosenblum se centra en la juventud, en el mundo contemporáneo, en la desorientación existencial y la crisis de identidad que supone el paso de la adolescencencia hacia la madurez.