Una de prejuicios. Lo de Tom Ford en el cine es equivalente a cuando Michael Jordan se pasó (brevemente) al béisbol. Triunfadores absolutos en una disciplina, intentan demostrar su versatilidad en un campo de batalla diferente. Ford ha pasado del diseño de moda a la dirección de cine. ¿Capricho veleidoso o vocación sincera?
Tres datos refuerzan lo segundo: a) Entre su primer filme (Un hombre soltero) y éste han pasado casi siete años; indicio de carácter paciente y concienzudo. b) Delega en parte la faceta literaria, adaptando obras ajenas de Christopher Isherwood primero y Austin Wright ahora. c) En la faceta visual fotografía y de creación de ambientes (las que tienen más cercanía al corte y confección) Ford se muestra muy sólido, arriesga, convence. Sin embargo, retocando el guión, en Animales nocturnos muestra su ego, o querencia, al modificar parámetros de la trama principal. La protagonista (Adams) pasa de profesora universitaria a acomodada artista de vanguardia en su variante más provocadora. Es un mundo que Ford conoce al dedillo pero es demasiado hueco y elitista, provocando un gran distanciamiento del espectador medio. La segunda trama, el borrador de novela que lee en primicia Adams, es un thriller rural que se arrima mucho a Cormac McCarthy, aunque con suficiente cuajo y entidad propia. El guión por tanto combina una trama de beautiful people poniéndose cuernos y añorando amores de juventud con un intenso, no rebosante de originalidad, policíaco en las tierras yermas del centro del país. Sí destacan, otro tanto para Ford, las actuaciones. Sobre todo las de Michael Shannon (Take shelter, Boardwalk empire) y Aaron Taylor-Johnson.
Animales nocturnos
***1/2
Estados Unidos, 117 min.
Director: Tom Ford
Actores: Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon, Aaron Taylor-Johnson
Cines: Rivoli, Ocimax, Cinesa Festival Park
