Guillermo Rubí (Palma, 1971) continúa explorando en el concepto de impacto físico y emocional. El mallorquín acaba de inaugurar una gran exposición en el Centro Párraga de Murcia con piezas rescatadas de un avión McDonnell Douglas MD-82 el mismo modelo del aparato de Spanair estrellado en Barajas en 2008, varias pinturas sobre metal además de otros objetos intervenidos.

Esta muestra, comisariada por Sergio Porlán, forma parte del proyecto que Rubí lleva años desarrollando acerca del concepto de impacto físico y emocional, y sus relaciones de causalidad. En el recorrido que propone en el espacio de Murcia explora el impacto como elemento de cambio y de transformación o como un estado que no se cura y deja secuelas permanentes en las personas. En este sentido, el artista pretende que a partir de la exposición el espectador investigue, descubra, interprete y analice su obra, que saque sus propias conclusiones partiendo de sus personales e intransferibles experiencias en el contexto de un exposición.

Rubí comenta que una de las muchas ramificaciones que propone su proyecto, auspiciado por la galería Pelaires y que cuenta con la colaboración del Institut d'Estudis Baleàrics (IEB), es la que tiene que ver con lo aeronáutico. "Partí del título y la contraportada del disco The Sound of Impact de Big Black que tiene un evidente vínculo con este tema. Al mismo tiempo, es mi relación personal de amor-odio con el mundo de la aviación lo que hizo que decidiese crear una compañía de aviación ficticia, con todo el diseño corporativo que ello conlleva. Utilizo varios de estos elementos para intervenir piezas reales de aviones comercionales", relata el propio artista.