Cuando decimos que la política cultural ha de ser transversal y trabajar con otras áreas como Medio Ambiente, Turismo o Educación ni lo hacemos por capricho ni porque es una teoría que queda bonita, intelectualoide y buenista sobre el papel. Hablamos de algo real y necesario si lo que queremos es caminar hacia un desarrollo cultural real (o simplemente desarrollo a secas) de la ciudadanía. Y voy a poner un ejemplo concreto que acaba de suceder por estos lares y que debería poner en alerta al Govern „al que le están saliendo cada vez más enanos con la cultura„ con el fin de empezar a cambiar el rumbo de sus políticas.
La conselleria de Educación acaba de denegarle a la Escola d´Art i Superior de Disseny de les Illes Balears la puesta en marcha del ciclo superior de Cómic. Al parecer, todo tiene que ver con la nueva ley educativa y la adaptación al sistema europeo. Después de mucho trabajo por parte del personal del centro en esa adecuación e incontables horas extra en casa, la tajante y poco dialogante negativa de la conselleria de Martí March a tal labor es desconcertante, está despegada de la realidad y resulta incoherente con el discurso que defiende el área de Cultura del mismo Govern en cuanto al cómic. El director general del ramo, Jaume Gomila, llegó a calificar de "estratégico" para el Ejecutivo dicho sector durante la presentación del Festival Còmic Nostrum. Asimismo, la decisión de Educación de decirle no al cómic contraviene claramente la hoja de ruta del IEB con los dibujantes. ¿Hacia dónde se está remando? ¿Hay comunicación entre ambas consellerias? ¿Sabe el Govern qué hacer con el cómic?
Este desajuste sólo viene a confirmar que cada área del Govern es coto exclusivo del partido que se ha llevado el trozo de pastel y que las consellerias responden a cuotas de poder, un sistema que dificulta el trabajo conjunto y la coordinación necesarias para mejorar la vida de los votantes; es decir, los ciudadanos.
¿El cómic área estratégica, los comiqueros nuestros mejores embajadores en el exterior? ¿Puedo echarme unas risas también? Si el cómic fuera en realidad un área estratégica para el Govern, ya contaría, desde hace mucho tiempo, con su propio ciclo en la escuela de arte tal y como Turismo tiene su propio grado en la UIB. De momento, los estudiantes mallorquines que desean dedicarse a la historieta están formándose en Ilustración en dicho centro o estudiando fuera.
Para que los políticos se hagan una idea del error cometido, pongamos algunos datos sobre la mesa. De los 35 dibujantes de cómic que alimentaron la exposición Nova onada inaugurada en La Misericòrdia, 20 salieron de la Escola d´Art i Disseny, 20 exestudiantes formados en Ilustración que habrían agradecido la especialización en Cómic, 20 profesionales que ya se están haciendo un hueco con su excelente trabajo.
¿Pondrán orden los mandamases del Govern en esta descoordinación de políticas? ¿Elevará la voz Podemos o seguirá aletargado con los temas culturales?
