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Gemma Ruiz: "Las mujeres son más realistas y crudas cuando relatan la historia"

La periodista de TV3 presentó ayer en Embat su primera novela, ´Argelagues´, sobre sus antepasados femeninos

La periodista Gemma Ruiz, ayer, en la sede de este diario.

­Para la periodista Gemma Ruiz, narrar la historia desde el punto de vista de las mujeres es "más realista y crudo" que cuando la voz del narrador es la de un hombre. "Su versión no está idealizada y por otra parte no necesitan una épica para contar las cosas porque lo que hicieron ya es heroico por sí mismo", comenta. La especialista en Cultura de TV3 acaba de publicar su primera novela, Argelagues (Proa), un libro que recoge la historia de su bisabuela, tía-abuela y abuela donde critica abiertamente a una sociedad terriblemente machista.

"Me costó mucho que hablaran y grabarlas", explicó ayer a este diario horas antes de presentar el volumen en la librería Embat. Pero finalmente consiguió que lo hicieran. "Ellas no habían dado ningún tipo de importancia a su historia y no comprendían mi interés", relata.

Las mujeres de su familia se dedicaron todas a la industria textil, eran costureras, "una profesión artesana que jamás tuvo la valoración que podía tener ser joyero u otro trabajo más artístico", explica. Son mujeres que hicieron la guerra en la retaguardia y que arriesgaron la vida para alimentar a los hijos. Mujeres que fueron la energía silenciada de las ciudades del Vallès.

Los hechos históricos -la República o el Franquismo- están de fondo en estas vidas femeninas. También la pérdida de la Guerra Civil por parte de un bando. "Es una historia dura que a mí no me ha tocado vivir y precisamente por eso me siento en la obligación de explicarla", confiesa.

El contexto histórico -la periodista ha utilizado múltiples fuentes de documentación- lo pone en la novela un personaje masculino, Marià Burguès, un ceramista y cronista de Sabadell que abraza la República y que es quien más critica la contienda civil.

Para Ruiz, uno de los momentos más oscuros fue la posguerra. "Basta hojear los libros de texto y atender a la violencia empleada cuando se explicaban las batallas. Estaba claro que les interesaba atemorizar a la gente", considera. En su novela hay muchos tipos de violencia, desde el micromachismo al macro. "Lo peor es que no contaban con ningún tipo de herramienta para combatir ese sexismo. Ellas no tenía ni voz ni voto", continúa. "Nuestra época tampoco está exenta de machismo. El cuidado de los más débiles, enfermos y niños, continúa bajo el cargo de las mujeres", comenta. "Continuamos estando en situación de desigualdad", agrega.

Ruiz es una auténtica seguidora de las narraciones sin contemplaciones de Joyce Carol Oates, de la crudeza de Núria Cadenas y por supuesto de Mercè Rodoreda. "Con su contundencia, ríete tú de la etiqueta literatura femenina", concluye.

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