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Entrevista

María Pagés: "La danza ayuda a cultivar las emociones y a que nos formemos en valores éticos"

La Premio Nacional de Danza realiza un ejercicio de búsqueda personal e introspección espiritual en ´Óyeme con los ojos´, coreografía apoyada en textos...

María Pagés (Sevilla, 1963), en un momento del espectáculo ´Óyeme con los ojos´.

-¿Por qué titula el espectáculo con un verso de Sor Juana Inés de la Cruz?

-Cuando me planteé junto a El Arbi El Harti hacer Óyeme con los ojos, la intención era reivindicar la espiritualidad por encima de cualquier signo, confesión o religión. En este sentido, Sor Juana fue una mística y mujer. El título viene de un verso de ella que contiene la idea de que todos los sentidos están comunicados y que muchas veces oímos con los ojos y vemos con los oídos. El show es una suerte de monólogo interior, de una búsqueda interior que reivindica la espiritualidad. Si te fijas, hay una unidad en esa búsqueda, da igual de dónde procedan esos místicos. Al final, todo es para llegar a esa búsqueda de la felicidad, de la plenitud y da la casualidad de que todos hablan del amor para alcanzarla.

-Octavio Paz dijo sobre Sor Juana que se hizo monja para pensar. ¿Usted por qué se hizo bailaora?

-Para expresarme. Yo era una niña muy introvertida y me crié rodeada de cinco hermanos, todos chicos. La danza se convirtió en mi modo de hablar y comunicarme.

-¿Busca con este espectáculo reivindicar a las mujeres luchadoras que van contracorriente?

-Óyeme con los ojos nace de una necesidad o reacción personal. Óyeme... es el resultado del espectáculo anterior, Yo, Carmen. Todos mis espectáculos están relacionados y en el siguiente siempre hay algo del anterior. Yo, Carmen fue un estudio y una investigación como mujer que me aportó mucho. Fue un trabajo donde reivindiqué la voz de la mujer. Yo, Carmen fue una entrega tan enorme hacia la compañía que en Óyeme... sentía la necesidad de volver a mi búsqueda personal y a la soledad escénica. Era lo necesario para poder avanzar.

-¿Se considera feminista?

-Sí, absolutamente. Feminista entendiendo el feminismo en su sentido estricto de lucha por conseguir la igualdad de la mujer respecto al hombre, un objetivo que todavía no hemos alcanzado.

-¿Ha tenido que neutralizar alguna vez su sexo para que la tomaran en serio?

-Las mujeres estamos sometidas siempre a nuestro propio sexo. Es algo que cuando nos levantamos cada día tomamos conciencia de ello y vamos bandeando y moviéndonos en esta sociedad machista. A veces se lleva mejor y otras veces no. He tenido mucha fe en mi posición como mujer dirigiendo una compañía de danza. Soy la directora de un grupo, la jefa de una compañía, por decirlo de una manera más directa, en un mundo como el flamenco, que no siempre ha sido el más propicio para que la mujer desarrolle ese rol.

-Casi todos los textos en los que se basa el show son de hombres.

-Para compensar un poco. En Yo, Carmen toda la poesía era de mujeres. Pero, en realidad, si te fijas, creo que todas estas voces que salen en el espectáculo no tienen género. En la mística es muy difícil encontrar el género porque todo se refiere al alma humana en general.

-Hábleme del proceso de creación.

-Concibo la creación coreográfica como un todo, como algo orgánico donde todos los elementos están comunicados entre sí. En cuanto al proceso, estoy muy atenta a las accidentalidades, ideas o imágenes que se me van presentando. A veces puede ser un vestido lo que me inspire, otras un flashback... Me dejo llevar bastante. Puede parecer un caos, pero está muy organizado. En este show, había unas estructuras de las que partir, una serie símbolos como el círculo, que representa lo etéreo, o lo cuadrado, que es lo terrenal.

-¿Cuáles son sus reglas para hacer evolucionar el flamenco hacia un arte contemporáneo y vivo?

-Siempre he pensado que el flamenco forma parte del arte contemporáneo. Eso no quita que sus bases estén establecidas en una tradición que ha ido pasando de generación en generación, y por eso nos ha llegado hasta nuestros días. Pero para mí lo interesante del flamenco es la convivencia de la tradición y la evolución. Eso lo hace muy rico.

-Según el último Anuario de la SGAE, la danza perdió un 8,35% de público.

-Perdió público porque también perdió representaciones. Hay menos presupuesto, la crisis continúa, el IVA sigue igual de elevado. Y por muchas razones, la danza es la parte más frágil de las artes escénicas.

-¿Qué valores puede aportar la danza en esta sociedad?

-Mi lucha es que la danza tenga un lugar de visibilidad porque ayuda a formar a las personas en una ética y valores, pero también a cultivar las emociones. La danza puede ayudar a evitar el fracaso humano.

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