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Crítica de arte

Fotografía en estado puro

Imagen de ´Titán´ de Pepe Cañabate en sa Quartera.

Desde que la fotografía alcanzó el estatus "democrático" muchas han sido las aportaciones y las apuestas realizadas y vistas, llegando a la saturación más contaminante (igual que en el caso de la pintura o la instalación), en el que todo vale mientras sea actual, contemporáneo. Ese arrojo, presuntamente artístico, ha descuidado ostensiblemente la condición profesional y artesanal en todo su proceso y de ahí que, como práctica artística, haya resultados de auténtica pifia valorados como obras de relevancia artística.

Por todo ello, resulta recomendable atender a la capacidad técnica del autor y luego valorar su posicionamiento artístico. Si, con este argumento se supedita antes su calidad profesional que la artística, pero hoy resulta imprescindible atender esta faceta que no solo permite valorar el trabajo artístico sino explicarlo mejor, porque el proceso siempre revela acciones y omisiones que intervienen en la ejecución.

Ese argumentario previo resulta imprescindible para la valorar en su conjunto, la obra de Pepe Cañabate expuesta en el Centre d'Art sa Quartera de Inca. Bajo el título Titán, el fotógrafo nos ilustra con una serie de imágenes captadas en distintos espacios públicos y privados en el que el principal protagonista es el mismo autor, una especie de hagiografía a pesar de su carácter laico. Recogidas des de 2003 hasta la actualidad, Titán es un proyecto de más larga duración, como un memorándum de acciones e intervenciones en otros tanto lugares, en solitario o acompañado.

Curiosamente, pese al esfuerzo " casi" titánico, el título hace referencia a la cámara estenopeica comercializada por la firma Ilford Harman, conocida por su amplia gama de material fotográfico. La cámara, sin lente, capta las imágenes en función de la luz que entra por un pequeño orificio, luego en el cuarto oscuro revela la imagen captada. El tiempo de exposición puede variar en función de la cantidad de luz captada. A partir de esa primera impresión, entra el trabajo del fotógrafo para convertir esa imagen en artística.

Y no cabe duda de la capacidad de Cañabate para alcanzar un alto grado de calidad artística en su proyecto. Primero por la dimensión plástica y temporal de la propuesta, resuelta aquí desde su aportación artesanal y la concepción teórica del proyecto. Si la magnitud del conjunto ya es abrumador en si mismo, también lo es el hecho de hilvanar una historia personal que va más allá del retrato para convertirla en una experiencia.

Más allá de los desnudos de Edward Muybridge, el surrealismo de Misha Gordin o las inquietantes instantáneas de Helena Almeida, el trabajo de Cañabate insiste en la aportación técnica, artesanal, de su trabajo, tanto como distintivo, por esa vocación de investigar sobre el proceso mecánico, como eficaz, porque sin esa vocación investigadora esas imágenes no alcanzarían ese valor artístico. Y es así, porque su obra no sería lo que ahora es, pura magia, arte en estado puro, en una singular apuesta artística que aúna tradición y contemporaneidad.

Pepe Cañabate. Titán

Centre d´Art sa Quartera. Inca

Hasta el 1 de noviembre

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