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Farruquito: "Uno no puede dedicarse al flamenco sin serlo"

Farruquito, ayer en el Hotel Costa Azul de Palma.

­El bailaor lleva a escena , el próximo 19 de noviembre en el Auditòrium, ´Tres Flamenco´, un espectáculo que por primera vez reúne sobre el tablao al sevillano con sus hermanos Farruco y El Carpeta.

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El Auditòrium acogerá el próximo 19 de noviembre, con motivo del Festival Flamenco Ciutat de Palma, el espectáculo Tres Flamenco, que unirá por primera vez a Farruquito con su dos hermanos, Farruco y El Carpeta, bailaores - todos - de la saga Los Farrucos. Estarán acompañados de "extraordinarios músicos" al frente de una guitarra, un violín, un chelo y percusión.

El espectáculo remite al tres, un número esencial en el flamenco; a tres hermanos que se unen; a la conjunción de trinidad y hermandad; a - según palabras de Farruquito ayer en Palma, quien evocó al poeta Manuel Machado - "una fiesta con tres personas: uno baila, otro canta y el otro toca. Ya me olvidaba de los que dicen ¡olé! y tocan palmas".

Los Farrucos se juntan "porque nos lo pidió el público", dice Farruquito, quien antaño se llevaba a sus hermanos a presenciar sus noches jondas. Aunque el tiempo ha pasado y ahora Farruco y El Carpeta son un "pedazo de bailaores" en busca de la "verdad", en el sentido de descubrir la "verdadera pasión y la emoción" del flamenco.

"Hoy en día hace falta explicar el concepto de un espectáculo flamenco; antes no", añade Farruquito (Sevilla, 1982) para explicar la vorágine actual vivida. Según él, "estamos acostumbrados a ver tantas obras de teatro, tantas historias en las que tienes que leerte el libro para entender qué estás viendo", algo que aprovecha el bailaor para decir: "Nosotros hemos querido conservar y seguir luchando por la tradición del flamenco de origen, en la que hay una estructura y un montaje, pero también dejar espacio para la improvisación".

Farruquito entiende el flamenco de tradición como aquel "más contemporáneo que nada" ya que en la música jonda de hoy en día se están incorporando características de la música actual a los ritmos y cantes de flamenco.

"La gente piensa que la evolución se halla en desplazarse a otro género y para nosotros, no", enfatiza el artista quien remite sus palabras al maestro Farruco, quien en el pasado le enseñó que la evolución "está en la vida, en la persona, en las formas de expresión de cada uno", sin que ello suponga tener que saltar a otro género, al ceñirse el flamenco a aspectos como la personalidad de cada uno.

La personalidad, algo intrínseco de cada persona, lleva a que Farruquito suscriba las palabras de su maestro, de aprender siempre de los demás y jamás imitar a los otros, ya que de hacerlo implicaría desasirse de la personalidad propia; o lo que es lo mismo, no contar quiénes somos realmente. Para contar qué y quiénes somos, a través del arte, "hay que vivirlo". Para el artista sevillano "uno no se puede dedicar al flamenco sin serlo". Compara esto a aquel que, tras meterse en el papel de hippy durante una celebración, no lo vuelve a ser nunca más; al artificio escondido tras ello. Así, Juan Manuel Fernández Montoya (Farruquito) remata su tesis con: "Nosotros intentamos defender el ser flamenco y no hacer flamenco". Por ello, Tres Flamenco pone en escena a tres hermanos con "un mismo paso y un mismo ritmo, pero con tres distinciones en la expresión. "Tener todo estudiado es como una lata de conservas y el arte no se puede meter en una lata de conservas, porque al final ésta tiene una fecha de caducidad", sentencia.

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