­El finalista del Planeta, Marcos Chicot, aseguró ayer que para escribir su novela El asesinato de Sócrates, se basó en múltiples pinceladas, aspectos, sobre la Grecia clásica y que se trata de un libro que aúna el relato histórico, la acción y la aventura, todo ello con connotaciones políticas. Esta publicación sigue, en cierto modo, el espíritu de su primera novela, El asesinato de Pitágoras.

El madrileño, que en 2012 quedó en cuarto puesto en el Planeta con la novela recién mencionada, sitúa ahora su historia en la Grecia del año 437 aC, cuando, según el Oráculo de Delfos, Sócrates va a morir a manos de un hombre de clara mirada. Al hilo del libro, que se ambienta en la guerra del Peloponeso, Chicot aprovechó ayer para decir que la gente conoce "mucho menos" a Sócrates de lo que supone su trascendencia global.

Chicot se refirió a El asesinato de Sócrates como "una emocionante ficción que atrapa en todo momento", al tiempo que indicó: "Es una novela con la que pasarlo bien independientemente de que te guste la filosofía".

Según el escritor, que escribió su primera novela Oscar en 1997, Sócrates era la única persona que podía sustituirle. "Su vida es, aparte de la de Jesucristo, la que más ha conmocionado al hombre. Era un visionario y es un hito en el pensamiento", apostilló el autor.

Cuando Marcos Chicot fue preguntado por cuánto tiempo tardó en escribir el libro, apuntó que "un año y pico". En cuanto a su mayor divertimento cuando se sumerje en las letras anotó: "Con lo que más disfruto es combinando diferentes aspectos sobre un tema, mientras estudio y aprendo".

Por otra parte, también hubo tiempo ayer para dar cobijo a lo sentimental. Chicot, que tiene un hijo con Síndrome de Down, hizo mención a su decálogo sobre qué significa tener esta condición, a partir de la cual reclama la ayuda de todos en aras a una comprensión y normalización del colectivo.

Chicot ganó en 1998 el Premio de Novela Francisco Umbral con Diario de Gordon.

Por su parte, Juan Eslava Galán, miembro del jurado del certamen a quien Chicot tiene un gran aprecio por "los ánimos" que le dio en su anterior intento en los Planeta, describió su novela como "una auténtica filigrana", en el sentido de estar llena de tramas y subtramas, y por ende, de complejidad, en 700 páginas de un thriller histórico que transcurre en 38 años, 27 de ellos la Guerra del Peloponeso, entre Atenas y Esparta.

Por último, acabó Chicot bromeando sobre su forma de trabajo: "Para dedicarme a escribir he vivido de los ahorros de cuando era economista y psicólogo; aunque, no aconsejaría a nadie hacer esto. Creo que soy una persona temeraria".