El lingüista dialectólogo Joan Veny Clar (Campos, 1932), un "jornalero y soldado de la lengua catalana", según sus propias palabras, fue investido ayer doctor honoris causa por la UIB en el transcurso de un solemne acto que se celebró en el campus, en Son Lledó, y al que asistieron unas 200 personas -la mayoría alumnos y profesores-, entre ellas la presidenta del Govern, Francina Armengol, y el presidente del Consell, Miquel Ensenyat.

"Estim les paraules", confesó Veny a un auditorio que aplaudió sus reivindicaciones, desde la "unidad de la lengua catalana" y la "normalización lingüística" a la ausencia de cualquier "obstáculo en su enseñanza". "Solo cuatro esburbats (atolondrados) pueden decir que el balear es una lengua diferente del catalán", espetó.

Por amor, "a la ciencia, a las palabras y a la sociedad", Veny eligió un Cercis siliquastrum -comúnmente llamado árbol del amor, ciclamor o algarrobo loco- para plantarlo en los jardines del edificio Ramon Llull. Fue el inicio de una jornada en reconocimiento a toda una vida dedicada al estudio y defensa de la lengua, una distinción que Veny saboreó con "una satisfacción enorme", confesó.

"Cuando era joven fui a estudiar a Barcelona porque aquí no había Universitat. Hoy no soy alumno pero sí colega de muchos profesores de esta universidad, de los que estoy orgulloso de sus trayectorias científicas", apuntó en un breve encuentro con los periodistas un autor que acumula galardones como la Creu de Sant Jordi de la Generalitat, la Medalla d'Honor del Consell, el Premi Nacional de Patrimoni Cultural de Catalunya o el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes.

La investidura tuvo lugar en la sala de actos de Son Lledó, donde se pudo ver al escritor Gabriel Janer Manila; el editor Francesc Moll; la viuda de Miquel Àngel Riera, Roser Vallès; el periodista Joaquim Maria Pujals; y los profesores Josep Antoni Grimalt, Gabriel Oliver 'Biel Majoral' y Damià Pons, entre muchos otros.

Tras la interpretación del Veni Creator a cargo de la Coral Universitat de les Illes Balears, dirigida por Joan Company, el doctor Jaume Corbera, profesor del Departament de Filologia Catalana i Lingüística General de la UIB, ejerció la defensa del apadrinado recordando que Veny nació el mismo año en que murió otra primera espada de la lengua, Antoni Maria Alcover. "En 1974 le tuve como profesor en la Universidad de Barcelona -donde Veny se había doctorado en filología románica en 1956 con la tesis Paralelismos léxicos en los dialectos catalanes-, y siempre tuvo una amabilidad exquisita con sus alumnos. Su maestrazgo ha sido largo y eficiente, y buena parte de los profesores de filología catalana de la UIB han sido discípulos suyos", afirmó Corbera.

El padrino también destacó la faceta como investigador de Veny, "un maestro a la hora de explicar las formas lingüísticas", como demostró en su volumen Mots d'ahir i mots d'avui, y subrayó su campo de acción, "la geolingüística", y en especial su Atles lingüístic del domini català, "un monumento de la filología" que actualmente codirige junto a Lídia Pons.

Por su prosa, "elegante y bien construida", con el poder de "emocionar al lector", Corbera lo elevó a la categoría de "uno de los mejores escritores actuales en catalán", un autor que "dignifica la lengua catalana", a la altura de Pompeu Fabra, Joan Coromines y Francesc de Borja Moll, y "una persona amable y cordial, amigo de quien quiera serlo".

Concluida la intervención de Corbera, el rector Llorenç Huguet invistió a Veny como honoris causa, un momento que fue inmortalizado por numerosos teléfonos móviles.

En su discurso, Veny tuvo palabras de "gratitud" para el departamento de Filologia Catalana de la UIB y para quienes fueron sus maestros, en especial Antoni Badia i Margarit. También elogió a "los informadores del Atles"; a sus padres, quienes le enseñaron "el camino de la honradez y el amor por el trabajo"; y a su esposa Estrella, sus hijos y sus nietos.

"Hoy es un día feliz", reconoció Veny, quien finalizó su discurso aclarando que la vida no está hecha de pequeños momentos felices, como puede leerse en algunas camisetas, sino de "grandes felicidades, como la de hoy, que procede de una universidad querida que ahora puedo decir que es mi universidad".

Tras sus palabras, que fueron respondidas con una sentida ovación, el acto concluyó con música, la que interpretó la Coral con el himno universitario Gaudeamus igitur.