Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

En contra

Juan A. Rodríguez: "Los prostíbulos legales son una necesidad social"

Juan A. Rodríguez (Palma, 1973) se entusiasmó con la Edad Media mientras se licenciaba en historia del arte. Tras doce años de locutor en la radio musical...

Juan A. Rodríguez, locutor, visitador médico, novelista histórico en ´Prostibulum´.

-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Los tiempos cambian y los prostíbulos permanecen?”

-Siempre han existido y siempre estarán ahí. Los prostíbulos legales son una necesidad social. En la Edad Media ya se empleaban para apaciguar los instintos. Estaban socialmente aceptados, no estigmatizados. Se asumía que los clérigos tenían contacto carnal.

-¿Qué daría por pasar un día en la Edad Media?

-Me gustaría un viaje de ida y vuelta. Dar un paseo porque, lejos de la imagen bucólica y pastoril, la Edad Media hedía. Las calles malolientes, la higiene que dejaba mucho que desear, en los mercados públicos se amontonaban animales y excrementos. También la gente era diferente, con una creencia ciega en la Iglesia.

-Nadie puede sentirse en una época pretérita.

-Para un lector es más fácil, si el autor te la traslada de forma certera, sin anacronismos. Con Prostibulum lo he conseguido.

-La Iglesia de Mallorca parece un balneario, comparada con la que usted describe.

-No tiene nada que ver. Aquella era hipócrita, cínica, lujuriosa, y todo ello de dominio público. Simonía y nicolaísmo eran palabras habituales. La Iglesia se abastecía de personas no preparadas, segundones de nobles, soldados tullidos, auténticos enfermos mentales.

-En Mallorca tuvimos una Inquisición pujante.

-Era muy diferente, una Inquisición light que ya la hubieran querido en el norte de Europa. El dominico Nicolás Aymeric escribe en el siglo XIV el Directorium Inquisitorum, donde se estipulaba el trato al hereje y que no se podía hacer daño gratuitamente al acusado. En la Colonia de mi novela eran más sádicos.

-En su Edad Media, la mujer violada era considerada culpable.

-Tristemente, sí. La mujer era culpable hiciera lo que hiciera, se lo merecía. Si tenía gemelos era acusada de adulterio, la violación se llamaba “la caza de la zorra”, con el ingenuo varón engañado por el ser concupiscente.

-¿Cuál es su postura frente a la prostitución?

-No soy usuario, no la comparto pero la comprendo. Estoy muy lejos de criticar a quien dentro o fuera del núcleo matrimonial hace un uso, mientras no sea abuso, de la prostitución.

-¿Cómo es el “olor a pecado” que usted describe?

-Lo he situado en la iglesia de San Andrés en Colonia. Mi protagonista ve a un predicador que no solo insulta a las mujeres, sino que anima a su persecución y enuncia los motivos para despreciarlas. Fray Servacio descubre así que no es trigo limpio.

-Martín Lutero aparece en su novela.

-Lutero tenía que surgir por fuerza. La Reforma era necesaria y arrolló a media Europa, la otra media se quedó pensando si debía llevarla a cabo.

-El Islam necesita su Lutero, aunque lo degollaría antes.

-Absolutamente cierto, pero aquí los enemigos te los vas a crear tú. El Islam sigue viviendo en la Edad Media. Su enfoque es muy similar al nuestro de entonces, inculto y supersticioso.

-La ficción histórica compite con la autoayuda como sector más pujante.

-Añadiría un tercer grupo, la novela negra. El auge de la autoayuda es lógico en una época de incertidumbre, acentuada por una crisis embrutecedora que continúa. La novela histórica atrae porque hay un creciente interés cultural, el lector explora épocas remotas hasta que encuentra una con la que identificarse.

-La mitad de españoles no lee ni un libro, la mitad de españoles han intentado escribir uno.

-Hay muchísimos lectores. Somos legión, aunque las nuevas generaciones se sientan atraídas por la facilidad de la televisión o la consola. Tengo dos hijos, y a ambos les gusta leer libros adaptados a su edad.

-En la radio no podía pinchar música medieval.

-El canto gregoriano no tiene salida. Me gusta en momentos de relax, y me servía para ambientarme mientras escribía, igual que el folklore celta. En la radio era un apasionado del rock de los sesenta , setenta y ochenta. De los Beatles a Dire Straits.

-¿En la industria farmacéutica ha aprendido de venenos?

-No. Tenemos grandes fármacos, y hay que utilizarlos porque es absurdo pasar dolor o sufrir una depresión. Mi padre falleció hace tres semanas y estoy en pleno duelo, pero no más allá.

-¿Su Dulcie es un nombre medieval?

-Sí, hoy sería Dulce. Quería un mujer con candidez y dulzura. En la pantalla sería Milla Jovovich, escribía pensando en ella.

-La humanidad superó la Edad Media.

-La humanidad cristiana, porque la Iglesia se ha tenido que adaptar desde el populacho absolutamente temeroso de Dios. La cultura ha dejado de estar en manos eclesiales, en otras religiones no pasa.

Compartir el artículo

stats