La galería de arte contemporáneo Louis 21, ubicada desde su apertura en 2012 en el centro de Palma, se traslada a la calle Gremi de Ferrers nª 25 del Polígono de son Castelló, donde expondrá trabajos de mayor calibre y museográficos.

El nuevo espacio se inauguró ayer a las 19.00 horas con Suede, una exposición del joven artista Ian Waelder, que llenará el local con una pieza sonora y varias físicas relacionadas con el mundo del skate.

Óscar Florit, el dueño de la galería, explica que "el cambio era algo que llevaba tiempo pensando", ya que "estando en el centro perdíamos la posibilidad de hacer proyectos más grandes porque encontrar un local de estas dimensiones allí es imposible". El galerista señala que L21 realizará unos cinco proyectos al año, entre los que habrá, a parte de la exposición de apertura, otra llamada Lenguaje relacionada con la "capacidad que tienen los artistas de tener un lenguaje propio", además de un proyecto de comisariado, una feria en Chile y otra exposición individual aun por determinar.

El artista inaugural del nuevo espacio explica que la exposición está relacionada con el skate de la forma más obvia, pero a la vez está también con la "atemporalidad de los desgastes, la idea de invadir el espacio con sonido, que normalmente es muy molesto pero aquí se ha convertido en algo más zen, también con la idea de dejar rastro y la cicatriz que deja una acción", explica Waelder.

La pieza "más densa del proyecto y que ocupa todo el espacio" es la sonora. Se trata de la evolución de un trabajo anterior expuesto en Chile, relacionado con el mundo del patinaje, "al final fue como hacer como una especie de canción que genera una sensación de que no hace falta poner nada más, porque ya está todo sucediendo", apunta el artista.

Otra de las piezas consiste en una imagen del tatuaje que lleva él mismo en el brazo, una obra de David Sigli. "Esta frase es una carta que le hace el cerebro al brazo para que éste le haga caso, pero aplicado a esta exposición se ha cambiado el brazo por la pierna. Me gustaba insistir en esa idea de que cuando patinas estás expectante de que las piernas reaccionen con lo que tú tienes pensado hacer", señala Waelder. La segunda pieza física formada con pladur golpeado por ruedas de skate, proviene de un proyecto anterior relacionado con Anthony Pappalardo. La obra materializa la "frustración de que puede ser fácil llegar hasta la cima y de la misma forma desaparecer", como le ocurrió al famoso skater. Finalmente también se expondrán un par de zapatos de bronce, réplicas de los suyos, que irán colgados del techo y representan "la idea del desgaste que queda congelado en el bronce".

La exposición irá acompañada de un texto de Sonia Fernández Pan y una edición limitada de camisetas diseñadas por Waelder y producidas por editions&publications.