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Entrevista

Jorge Javier Vázquez: "Todo en 'Sálvame' tiene que ver con el comportamiento humano"

"La obra ´Iba en serio´ es como un autobús en el que pasas por varios estados de ánimo"

Foto promocional de Jorge Javier Vázquez.

-"Narciso se ha comprado un juego y quiere presumir", dijo la prensa en el estreno de Iba en serio. ¿Es verdad que la obra es puro narcisismo?

-Pues no lo sé. ¿Qué te parece que te diga que me aburre el tema? Me parece que las críticas de Málaga consiguieron su propósito, que fue llamar la atención. Me apena que después de un año de función, nadie se haga eco de las críticas de Sevilla o Barcelona, que han sido maravillosas para la función y para mí también. El tema me aburre porque es estar justificándome durante un año, aunque entiendo que se pregunte. Desde luego, hay que hacerles un monumento a los críticos de Málaga, que lo que menos hicieron es criticar la función. Hay que felicitarles porque un año después la gente me sigue preguntando sobre ello.

-Cardinalmente, ¿qué ha motivado que se lleve a teatro su vida?

-Decidí que mi debut en teatro debía ser con una función basada en mi vida. No por narcisismo, sino porque veía que era un reto que podía asumir. Le tengo mucho respeto al teatro. Estoy muy contento de haber debutado a los 45 años y creo que no podría haberlo hecho de otra manera; no me veía capacitado para hacer un personaje. No lo hice por soberbia o egocentrismo, sino por comodidad. Lo que sucede en las tablas es un recorrido emocional a través de la vida de cualquier persona de cuarenta años. Que yo sea el protagonista la gente se olvida a los cinco minutos.

-Le pido algún detalle ahora. ¿Qué se encontrará el espectador que vaya a ver la obra?

-A mí me gusta decir que la obra es como un autobús en el que te montas y pasas por varias estaciones, que son diversos estados de ánimo. Risas, carcajadas, nostalgia o emoción; todo ello con una banda sonora recomendable para todo el mundo. El hecho de que sea un musical sé que a mucha gente la echa para atrás, pero son canciones muy conocidas, que de alguna manera han marcado la vida de todo el mundo.

-Son sus frases de oro. ¿Por qué hay que ir a ver su obra?

-No lo sé. A mí no me gustaría obligar a nadie. Solo he querido que la gente se fuera a casa con la impresión de que había valido la pena. No el hecho de que pensaran "vamos a ver al que sale en la tele y a ver qué pasa". Creo que tenemos un musical muy potente y en el que la gente sale muy contenta. No hay función en la que el público no se haya puesto en pie. Y espero que esto también ocurra en Palma.

-¿Es un estudio sociológico lo que ustedes hacen en Sálvame?

-No sé si lo es. Lo que sí que ocurre es que todo lo que pasa en Sálvame tiene que ver con el comportamiento humano. Me gusta eso porque es un mosaico de comportamientos humanos, desde la amistad, la enemistad, el amor o la traición. Es la vida misma, en 24 horas y todos los días.

-¿Vale todo en televisión?

-Creo que todo vale, claro que sí. Todo vale para conseguir que el espectador se quede enganchado y no te deje de ver. Supongo que tendría que decir: "No, yo tengo unos límites que no puedo traspasar". La frase de "¿Dónde están los límites?" me parece muy graciosa y cursi. En televisión no me gusta poner límites. Éstos te los pone la vida. El todo vale, hasta que te llegue el sentido común. No me gusta censurarme previamente.

-En una entrevista usted decía: "Hay una cosa que he hecho bien, protegerme". ¿De qué se ha tenido que proteger?

-De protegerme, en el sentido de rodearme de gente que yo consideraba inteligente y con talento, como toda la que ha trabajado en la función.

-Usted es filólogo. Defina fast-tv.

-Es una televisión de entretenimiento. Es tan complejo entretener y hacerlo bien, muchas veces la gente lo desprecia pero es que es muy difícil entretener. Para mí, lo que hacemos en Mediaset es un claro tipo de televisión de entretenimiento.

-¿Qué tres aspectos aprecia más en una persona?

-Uno, fundamental: Que intente disfrutar. No me gusta la gente que está constantemente quejándose o cabreada. Me gusta la gente que quiere y se lo sabe pasar bien.

-Recomiende un libro al lector.

-Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin.

-¿Existe la casta periodística?

-No me gusta nada la terminología que utiliza Podemos. Estoy de la palabra casta hasta las narices. Que la cambien ya, que no puedo con ella.

-¿Considera que habría que limitar la 'osmosis del gran periodista', la que lleva a que unos pocos se lo lleven todo?

-Aquí nadie regala nada. Y lo que hay que hacer es trabajar y trabajar. También hay muchísima gente que no está dispuesta a trabajar tantísimo. Cuando yo empezaba también había gente que estaba en varios sitios y no me parecía extraño.

-Hace cosa de medio año dijo: "Siento que me estoy despidiendo". ¿Acerca de qué lo decía?

-Lo dije un momento en el que me hubiese gustado tener más tiempo para mí. De vez en cuando está bien que el público te eche de menos. Aunque no le puedes pedir al público fidelidad absoluta.

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