El cineasta Jo Sol [Jordi Soler] vio a la actriz mallorquina Ann Perelló en su primer largo, Otel·lo, y no dudó en llamarla para integrarla en el reparto de su último proyecto, Vivir y otras ficciones, película que se estrenará el próximo 18 de septiembre en el Festival de San Sebastián. "Estamos en la sección oficial pero fuera de competición. Pese a ello, esperamos que nos vean mucho", comenta la intérprete de 26 años, actualmente de vacaciones en la isla. "Es importante conseguir también que se estrene en salas, aunque sea en cines pequeños como CineCiutat", añade.
Perelló, nacida en Muro pero residente en Barcelona en los últimos años, encarna a la asistente sexual del protagonista de la cinta, un discapacitado que lucha por acabar con la marginación social del colectivo. "Nos ha costado encontrar dónde exhibir la película porque trata sobre un tema social muy transgresor y que puede ser incómodo para el espectador: la sexualidad en los discapacitados", señala. El protagonista del filme, Antonio, arranca un proyecto de asistencia social para este colectivo, "y ahí es donde entra la figura del asistente sexual, el papel que yo hago, que no es más que alguien que cobra para dar placer a personas con discapacidades", detalla. La actriz apunta que en Barcelona ya existen organizaciones de este tipo.
Su papel, "pequeño y secundario", plantea diversas cuestiones que pueden resultar perturbadoras: "Por ejemplo, ¿hasta qué punto se obtiene placer dándoselo a otro? ¿Hasta dónde llegas sin implicar tus propias emociones?", se pregunta.
"Con el director, trabajamos las distintas capas del personaje; el tema de la prostitución; la cuestión de tener el poder sobre el otro o la del empoderamiento de la mujer con su cuerpo", relata. "Mi rol es el de una joven bastante normal, que estudia, y que ha decidido ganar dinero con esto en lugar de hacer de cajera", explica Perelló.
El contrapunto lo pone Aránzazu Ruiz en el papel de asistente social. "Ella es recatada y está celosa de la relación que Antonio tiene conmigo".
Uno de los atractivos de la película es que mezcla la realidad con la ficción. "Incluso algunos de los actores no son profesionales y son personas que en la vida real están viviendo esta situación", apostilla Perelló.
En cuanto al presupuesto, "es una película muy pequeña. Creo que el hecho de serlo tanto es lo que nos dejó fuera de Cannes. Estuvimos a punto de entrar", explica. En este sentido, hay que tener en cuenta que Jo Sol "es un director valorado en Francia", argumenta.
La actriz, que formó parte del elenco de Hotel Bellavista (IB3) y acaba de estrenar Amor tóxico de Norberto Ramos del Val, acaba de montar con dos amigas también actrices, Andrea Ros y Andrea Trepat, una compañía de teatro. "Nuestra intención era representar un clásico, pero vimos que la productora Minoria absoluta buscaba material para su web e hicimos una webserie para ellos. Ahora tenemos que continuarla", explica.
De momento, no quiere avanzar nada de su próximo proyecto de película, "porque está en fase de preproducción". "Reconozco que el cine me tira mucho porque me produce mucha adrenalina y me gusta trabajar en equipo", indica. "Pero me encanta el teatro por los procesos creativos", concluye.
