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Entrevista

José Martret: "Leer a Saramago, una experiencia literaria muy distinta a las demás"

"Saramago dijo: si hubiera alguien igual que yo en este mundo, ¿podría soportarlo?"

El actor y director de teatro, José Martret GUILLEM BOSCH

-Usted dirigirá El hombre duplicado. ¿Ha adaptado también el texto para teatro?

-No, la adaptación es de los dramaturgos Félix Ortiz y Salvador Toscano. Ellos hicieron la versión, pidiendo permiso por supuesto a Pilar del Río (viuda de José Saramago) y a la fundación del escritor. Yo voy a dirigirla.

-¿Cuándo comenzó todo?

-Los dramaturgos nos dieron a leer la adaptación, a la productora y a mí, hace como medio año. Los ensayos comenzarán en octubre.

-Le interesa el concepto de identidad humana.

-Sí, más si cabe después de escuchar a Pilar del Río, quien en Lanzarote nos contaba cómo Saramago, mirándose al espejo, le decía a ella: "Y si hubiera en este mundo alguien exactamente igual que yo, ¿podría soportarlo?". El "podría soportarlo" me parece fascinante. Los puntos de partida de sus novelas son incomparables; como "¿qué pasaría si todo el mundo se volviera ciego?", y escribe el Ensayo sobre la ceguera. Nosotros vamos a hacer una obra de una hora y media. Junto a los dramaturgos nos hemos quedado con la esencia de lo que el escritor contaba con esa pregunta inicial de "qué pasaría si existiese alguien igual que nosotros", pero con otra vida, con otras experiencias. ¿Qué pasa si piensa igual que nosotros? ¿Qué ocurre si él ante un problema actúa como nosotros? Y, ¿qué ocurre si hay alguien suelto por allí igual que yo y doy con él?

-¿Se llevaría usted bien con su doble?

-Ay, madre mía...Pues creo que no (risas). Todos sentimos que somos únicos en nuestro interior; ¿no?, y que nadie es capaz de pensar igual que nosotros. Si hubiera alguien exactamente como yo en este mundo en todos los aspectos, no solo en el físico, del que se habla en la obra, sino también en el aspecto sentimental, en la manera de pensar, creo que sería terrible.

-Asevera: "Mi reto es conseguir que el público viva una experiencia teatral única y distinta de cualquier otra". ¿Cómo lo piensa llevar a cabo?

-Pues, mira, todavía no lo sé. Tengo que ponerme a trabajar porque eso lo voy a intentar conseguir con todo el equipo. Cuando Saramago escribía, lo hacía sentado solo en su despacho. Yo voy a tener a mi lado a un equipo de veinte o treinta personas, incluidos los seis actores de la función, músicos, decoradores e iluminadores; con todos ellos quiero crear una experiencia teatral fascinante, igual que sus obras. No todo el mundo es capaz de leer a Saramago. Tengo amigos que han cogido el libro y no han conseguido pasar de la página diez. Y leerle a él es una experiencia literaria muy distinta a las demás. Él decía que sus libros estaban hechos para leerse en voz alta, ya que era cuando adquirían el significado completo.

-Entonces, ¿creará usted una atmósfera tan angustiosa como la de la película de Denis Villeneuve?

-Algo de esa cosa inquietante que aparece en la película también quiero conseguirlo en la obra teatral. Para mí es un thriller que luego se transforma en ciencia-ficción. Quiero jugar con todo eso.

-Algunos autores, como Montaigne, Rimbaud o Borges han puesto su atención en el concepto de la identidad. ¿Sobre cuáles dramatizaría usted?

-Mira, ahora tengo en la mano El doble de Dostoyevski, quien profundizó mucho en esta figura y que ha dado para mucho. Incluso Kafka con su Metamorfosis. Me parece muy interesante ese desdoblamiento, esa transformación de un ser a otro. Yo ya he elegido a Saramago, no me hagas escoger a otros (risas).

-¿Ha sufrido usted alguna vez una crisis de identidad?

-Madre mía... Yo creo que sí; varias. Sobre todo en la adolescencia, que no estaba muy de acuerdo conmigo mismo, con lo que me rodeaba y tuve que tomar decisiones importantes (como mudarme a Madrid) y definirme a mí mismo.

-Un manual de literatura universal publicado en España dedica ocho líneas al teatro francés de vanguardia. ¿Qué opinión le merece?

-Pues creo que no están muy al corriente de lo que pasa en el mundo del teatro. Francia tiene uno de los festivales más importantes de teatro a nivel mundial, que es el de Aviñón. Quien lo haya escrito está muy ciego.

-Abrió en Madrid los espacios La Casa de la Portera y La Pensión de las Pulgas. ¿Se ha planteado abrir otro espacio?

-Me lo he planteado. No ahora mismo, pero sí. Con mi socio Alberto Curandilla tenemos en la cabeza, igual en 2017, abrir un nuevo espacio. Queremos seguir apostando por la espacio donde predomina la inmersión del espectador al estar a pocos metros del actor.

-Una de Proust. ¿Qué cambiaría de usted?

-La inseguridad. Aunque lo diga, intento no transmitirlo nunca a mis equipos. A veces cuesta lidiar contra eso. Me gusta que seamos muchos los que estemos implicados.

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