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La entrevista

Francesc Grimalt: talento mallorquín en el cine chino

El dibujante ha trabajado durante cinco meses en las afueras de Pekín en los acabados de los objetos y decorados de la superproducción asiática 'Asura'

El ´comiquero´ y profesor de Plástica Francesc Grimalt, ayer, en Palma. manu mielniezuk

Francesc Grimalt es el paradigma de dibujante de mesa que abandona su solitaria madriguera para trabajar en cuerpo -literal- y alma en un gran proyecto cinematográfico. El mallorquín suma a su currículum cinco meses en China a las órdenes del prestigioso director de arte Óscar Chichoni en la superproducción del gigante asiático Asura.

Empezó a distancia -desde Santa María- como diseñador de personajes y ha terminado ocupándose in situ de los acabados objetuales y de los decorados de la cinta, rodada en las afueras de Pekín tanto en interiores como en exteriores. "He estado trabajando en los talleres donde se producen los distintos elementos que salen en la película. En un filme fantástico de estas características, donde la acción transcurre en otro mundo, has de fabricarlo absolutamente todo, no puedes utilizar nada comprado", explica Grimalt, aterrizado hace quince días en la isla. "Ha sido un trabajo duro y físico: diez horas diarias, incluso fines de semana. Una labor dificultada por unas inundaciones que padecimos. A mí me traían el objeto en bruto y yo añadía todos los acabados", relata el dibujante de 44 años, consciente de que ahora se abre una nueva puerta en su trayectoria de comiquero, con dos libros en el mercado (Sanatoria y Míseres, Los niños raros) que espera presentar en Palma por Navidad "con algunas sorpresas".

Grimalt es parte de un equipo formado por creativos de alto nivel de 13 países distintos. A la cabeza, está el ilustrador argentino Chichoni, quien ha estado implicado en proyectos como The Hobbit o Pacific Rim; o la directora de vestuario Ngila Dickson, de El Señor de los Anillos. "También hay profesionales que han estado en Alien o la reciente Mad Max", asegura el dibujante, con querencia por el estilo retro-victoriano y el steampunk. "Es una producción china pero en los puestos de dirección de los departamentos de estética los responsables son occidentales", añade. "Hay mexicanos, australianos, neozelandeses, españoles, canadienses, un francés o británicos, en concreto, los que se encargaron de las armaduras en Juego de Tronos", desvela.

El dibujante, en el taller de China. F. G.

De su implicación en el proyecto Asura, el mallorquín se entusiasma cuando relata que ha podido estar en el set "justo el minuto antes de rodar". Así, ha tenido que trabajar codo con codo con el director de fotografía, el equipo de iluminación y el responsable de efectos especiales. También ha podido experimentar el proceso que va desde el trabajo con el ordenador -el diseño inicial- hasta el momento en que se pronuncia el "cámara y acción". "Para mí, lo más importante de esta experiencia es que me he podido dar cuenta de que no basta con el concepto, con el dibujo, sino que después están los materiales y la realidad, que a veces no se quieren amoldar a lo que habías pensado y has de saber reaccionar y rediseñar", sostiene. En este sentido, la experiencia previa que acumula como pintor y su savoir faire en diversas técnicas han supuesto el bagaje perfecto para acertar con la adaptación y la materialización final de los diseños conceptuales.

Asura, dirigida por Zhang Peng y cuyo lanzamiento se espera para 2018, es una historia fantástica basada en la historia de los semidioses chinos homónimos. "Al final es una interpretación muy libre", opina. "Al principio, los chinos tenían en mente producir una suerte de El señor de los anillos, pero no tiene nada que ver", apostilla. La producción, en rodaje hasta diciembre, es una apuesta de gran envergadura que sobrepasa los cien millones de dólares de presupuesto. "Los chinos quieren entrar en el mercado occidental pero hasta ahora les costaba mucho por la estética, muy kitsch para nosotros", sostiene. "Con esta película han cambiado. No es steampunk, aunque haya una escena con una especie de máquina orgánica que lo parece", añade. Para el mallorquín, con muchas ganas de regresar a sus clases en La Madriguera -su propia escuela- y al instituto, la estética del filme es "difícilmente definible". "Es una película para la que uno no tiene referentes. Lo único parecido no en estética sino por rara avis es Dune de David Lynch", concluye.

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