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Crítica de música

Luxuria fa fer cançons...

Edanses, e sons, e voltes, e lais als trobadors qui de luxuria son loadors e cantadors. Estas palabras de Ramon Llull las encontramos en el capítulo 143 del Llibre de Contemplació, y sirvieron de prólogo al concierto lul·liano que tuvo lugar el pasado sábado en Bellver.

Entre otras, esa De la flor de paradis, una bellísima Chanson pieuse que la Capella de Ministrers interpretó como parte de una velada, Mediterraneum, dedicada al Mediterráneo, con la figura de Ramon Llull como excusa de un programa de música medieval.

Además de ese tema profano, otras composiciones, populares y litúrgicas llenaron el patio en el que se había congregado menos público del que la propuesta se merecía, pues tanto la calidad del grupo como el interés del programa bien podrían haber llenado el aforo.

Aun así, la media entrada registrada disfrutó del evento y lo aplaudió sin reservas. El llaüt medieval, la viola d'arc, la cítola, el çura saz, el santur, el oud y el kanum, la zanfoña, el duduk, el mizmar, la zurna, las cornamusses, les xirimies, el tintinabulum y las percusiones varias sedujeron por su sonido y su extrañeza. Y es que un concierto purista de música antigua, sobretodo medieval, tiene un valor añadido en los elementos sonoros, que suelen distar mucho de los que se utilizan en la música desde el Barroco.

Carles Magraner (que toca la viola d'arc y dirige el grupo) lidera un conjunto de especialistas en esa época. José Luis Pastor, Aziz Samsaoui, Jota Martínez, Eduard Navarro, Miguel Ángel Orero y Pau Ballester son maestros en cada uno de sus instrumentos. Sin esa maestría la Capella de Ministrers no sería lo que es, un referente por lo que a Música Antigua se refiere.

Capella de Ministrers

Castillo de Bellver

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Mediterraneum. Música medieval

6 de agosto

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