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Entrevista

Daniel Hope: "El legado de la Escuela Moderna de Viena sigue vigente a día de hoy"

"Soy violinista por Zakhar Bron. Menuhin fue un gran ´coach´, pero Bron me enseñó las posibilidades técnicas del violín"

Daniel Hope, ayer, en la azotea del hotel Santa Clara.

-¿Quién es su héroe musical?

-Es una pregunta difícil. Tal vez diría, de los que aún viven, el pianista Menahem Pressler. Es para mí un absoluto héroe. De los que ya no viven, Yehudi Menuhin. Y también los grandes compositores, como Bach, Beethoven, Mendelssohn, Mozart o Schubert. La lista es muy larga.

-Usted es un violinista de "pura raza" por haber sido alumno de Menuhin. ¿Cómo influyó eso en su ascenso al éxito actual?

-Menuhin fue una gran inspiración para mí. Lo conozco desde que era un bebé y cuando cumplí los 16 años fue cuando comenzamos realmente a trabajar juntos. En una gira llegamos a tocar 60 conciertos juntos por todo el mundo. Él era un mentor y un amigo. Me ayudó en muchos aspectos para darme inspiración en mi trayectoria. Por ello, le estoy muy agradecido.

-Su otro profesor, Zakhar Bron, es conocido como el continuador de la Escuela Rusa creada por el también violinista, director y compositor Leopold Auer. ¿Considera que haber estudiado con él marcó su posterior carrera?

-Sí, soy violinista por Zakhar Bron. Él fue realmente mi maestro de violín; Menuhin fue una enorme influencia y un maravilloso coach, pero Bron fue quien realmente me enseñó las posibilidades técnicas del violín, lo cual me hizo llegar a donde estoy ahora.

-¿Cómo ve el violín: como una voz humana soprano o como un instrumento?

-Como ambas cosas diría. El violín es el instrumento más cercano a la voz humana; pero también lo es de cuerda. Lo tiene todo. Y para mí, por supuesto, al ser violinista, es el mejor y el que tiene el sonido más hermoso.

-¿Piensa usted que el repertorio moderno de violín es suficiente o debe desarrollarse?

-Buena pregunta; difícil de contestar. Considero que tenemos un fantástico repertorio desde el Renacimiento hasta día de hoy. Solo el piano tiene un repertorio más amplio que el violín. Así que pienso que el repertorio está suficientemente desarrollado. Pero, a menudo, encontramos nuevos compositores que van en nuevas direcciones como Max Richter con las Cuatro Estaciones recompuestas y otros compositores que están encontrando nuevas formas de expresión. Creo que es estupendo.

-¿Qué piensa de la reciente aparición de corrientes musicales donde el violín aparece en géneros que lo alejan de su concepción original (léase, por ejemplo, con un micro y como instrumento de un grupo pop o rock)?

-Creo que es estupendo y que hay fantásticos violonistas en diferentes géneros. Realmente esto no es nuevo porque ya Stéphane Grappelli tocaba jazz con un sonido swing en los años cuarenta. El violín en realidad es para todo el mundo, no solo para la música clásica. Si miras en la historia del violín, no vino de lo clásico, sino del folclore y la danza. El violín te muestra lo abierto y versátil que es.

-¿Durante la temporada 2016/2017 será director artístico de la Orquesta de Zurich, con la que hoy actúa en Pollença. ¿Cómo se combina la vida de un violinista con la de un director?

-Es importante aclarar que yo seré el director artístico, pero no llevaré la batuta. Yo dirigiré en ocasiones desde el violín, lo cual viene a ser equivalente a un kapellmeister. Es el papel que cumplían muchos compositores e intérpretes para liderar la orquesta desde el violín. Algunas veces dirigiré desde el violín, otras tocaré como solista y en otras ocasiones la orquesta tocará sola, ya que son grandes músicos, perfectamente capacitados para hacerlo.

-Entre Bach, Haydn, Mozart y Beethoven, ¿a quién nombraría Dios en la Tierra?

-(risas). ¿Qué quieres decir, vivo o...? Es una pregunta complicada. ¿Estamos hablando de música o de religión?

-Depende de usted.

-Yo creo en Dios y él está por encima de todo el mundo. Esa es mi opinión. Pero no creo que los músicos sean dioses. Son realmente mensajeros. Estamos aquí para compartir las emociones y para traducirlas. Interpreto las palabras y los sentimientos de Bach y Beethoven y ellos son como dioses porque son genios. Si lees las cartas y las historias sobre Bach, él era perezoso, arrogante y estaba obsesionado por el dinero. Sin embargo, cuando componía música estaba fuera de este mundo.

-¿Considera que el legado de la Escuela Moderna de Viena (Berg, Schönberg, Webern) sigue vigente en el mundo de hoy?

-Sí. La Escuela fue una revolución en el mundo de la música. Pienso que el legado de los tres permanecerá con nosotros para siempre. Pero no es el único legado. Creo que el minimalismo de Philip Glass tiene un efecto tan importante como el de la Segunda Escuela de Viena. Podría decir lo mismo acerca de Beethoven.

-¿Sobre qué instrumento de cuerda haría usted bromas?

-(risas). Mucha gente hace chistes sobre las violas, pero yo tengo grandes amigos violistas y prefiero no hacerlo.

-Si tuviera que comprar una entrada para un recital de piano, ¿a qué pianista escogería?

-Grigori Sokolov. De hecho, compré una entrada para escucharlo la semana pasada. Cada céntimo gastado, valió la pena.

-¿Tiene tiempo para hobbies?

-Sí, me apasiona viajar con la familia, como cuando vine a Palma hace dos años para casarme.

-Pasemos a Proust. ¿Qué cambiaría de usted?

-Ser menos impaciente.

-La segunda de Proust. ¿Cuál es su mayor miedo?

-Pensar que el mundo va a explotar.

-La última. ¿Su idea de felicidad perfecta es?

-Tener salud y estar con los que amas.

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