Los hermanos Muñoz, José y David, reunieron ayer a más de 5.000 personas en el recinto de Son Fusteret, en Palma, cuatro años después de su última actuación en la isla. Fue una noche para el recuerdo, con canciones de sus primeros discos, y también de su último y aplaudido trabajo, Rumba a lo desconocido, un cedé que contiene títulos como Nadie sabe, Pastillas para dormir, Estatua de sal o Mundo marrón.

Con su particular gracejo, el dúo conquistó a los espectadores desde el primer momento. Salieron al escenario desde una lavadora gigante y los primeros temas que interpretaron fueron Cacho a cacho y Vino tinto. Lograron que el público se entregara a una noche cargada de ritmos y llena de baile en un concierto en el que se registró algún que otro desmayo de emoción.