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Crítica de cine

Buscando las tangentes

Glen Powell.

Richard Linklater me recuerda cada vez más al francés Eric Rohmer porque ha fijado su atención en adultos jóvenes y logra mostrar sus vidas sin apenas ego ni pretenciosidad.

Todos queremos algo está, hay que decirlo, lejos del listón de sus mejores obras (Antes del amanecer, Antes del anochecer, Boyhood). Su planteamiento es demasiado sencillo: Recrea las correrías, a principios de los 80, de un puñado de chicos los tres días previos al inicio de curso en una universidad rural del estado de Tejas. Todos militan en el equipo escolar de béisbol y conviven en una casa residencia algo alejada del campus. En esos tres días el novato protagonista (Jenner) se integra en el grupo de veteranos, participa en algunas fiestas y gamberradas, acude al primer entrenamiento y se enamora de una estudiante de arte dramático (Deutch). El argumento es ese, con mínimos acontecimientos. La ambientación, la puesta en escena, bailan en el filo de lo sencillo y lo cutre. Y el vestuario, aunque más discreto que otros filmes sobre la misma época, sigue teniendo una patina peliculera. Pero bajo esa coraza basta, ese arrimado innecesario a American graffitti, el ´toque Linklater´ asoma entreverado a lo largo de toda la película: en la (demasiado espaciada) trama amorosa, en los momentos en que los personajes entre farra y farra asoman inquietudes existenciales ("Hay que buscar las tangentes sin salirse del marco"), la ausencia casi total de adultos o la gozosa banda sonora. Chavales sencillos con hormonas alteradas, modestas ilusiones y mucha vida, muchas ganas de vivir, por delante. En eso el cineasta sigue siendo un maestro.

Todos queremos algo

***½

Nacionalidad: Estados Unidos, 114 min.

Director: Richard Linklater.

Actores: Blake Jenner, Joey Deutch, Wiatt Russell, Glen Powell.

Cines: Augusta, CineCiutat.

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