Para Gerardo Mosquera ha sido una sorpresa "extraordinaria" encontrarse con tantas colecciones mallorquinas que contienen un importante grueso de arte latinoamericano. "Su calidad también es excelente porque están todos los artistas relevantes. Pensaba que iba a encontrarme con obras más comerciales o folcloristas", señala el crítico de más renombre en arte latinoamericano, también colaborador de la muestra El tormento y el éxtasis que anoche se inauguró en un Baluard en plena huelga de trabajadores.

La formación primigenia del comisario cubano eran los números -"iba para contable"-, pero pronto se manifestó en él una vocación literaria. "Sin embargo, me di cuenta de que el arte era muy enigmático, un misterio, y eso me atrajo profundamente", confiesa. Fue entonces cuando decidió estudiar Historia del Arte en La Habana y adentrarse en el mundo de la investigación y la crítica.

Mosquera piensa que el arte contemporáneo ha llegado a un proceso de especialización muy elevado. "Soy consciente de que ha alcanzado un lenguaje difícil y que hay que explicarlo para decodificar toda su complejidad", asume. Sin embargo, cree que su libertad formal y conceptual ofrece la posibilidad de abrirse más con el público no entendido "aunque queden opacidades". "Es decir, los artistas sí pueden usar una gran amplitud de recursos para dar con una comunicación mayor", agrega. "Pero está claro que no se puede poner todo en manos de los artistas; hay que insistir en el aspecto educativo y en la formación", continúa.

Para el crítico, se ha abusado de esa totalización de enfatizar una diferencia marcada y distintiva del arte latinoamericano. "Sí puede haber ciertos aspectos que son propios, pero hay una enorme variedad de registros", indica. Por otra parte, piensa que el arte español y el latinoamericano "apenas están entroncados". "No ha habido el intercambio que en un principio parecía que iba a darse quizá porque los procesos de independencia en América Latina tuvieron lugar muy pronto, en el XIX, por la dictadura de Franco o por la propia decadencia española cuando se acabó perdiendo Cuba", considera.

Para el crítico, quien también fuera entre 2011 y 2013 comisario general de PHotoEspaña, la aparición de numerosas ferias de arte en Latinoamérica es positiva "porque supone una descentralización del mercado". "Ahora mismo muchos artistas latinoamericanos trabajan con galerías internacionales y circulan por el mundo", sostiene.

Según Mosquera, enemigo de pabellones y muestras nacionales, el arte y el nacionalismo no se llevan bien. "El arte habla de comunicación, de superar fronteras", comenta. "Con ello no estoy diciendo que los artistas no tengan que mirar su propio contexto", matiza.

En cuanto a Cuba, el crítico se muestra decepcionado. "No se ha producido una apertura real. Basta ver la crisis migratoria de los cubanos hacia América Central. Hay miles de detenidos entre Costa Rica y Nicaragua. Los jóvenes buscan marcharse de Cuba porque ven que no hay esperanza alguna de que la cosa se componga", concluye.

Protestas en Es Baluard

Los trabajadores del museo finalmente secundaron -en un porcentaje muy elevado- la huelga convocada ante la negativa de la empresa a abonar en dos años la rebaja salarial del 5% establecida en 2013.

Finalmente, ante la falta de personal y por la falta de control en el acceso, ha tenido lugar por la tarde una jornada de puertas abiertas. La tienda ha permanecido cerrada.

Los trabajadores, que también piden que se les reconozca que han tenido que asumir tareas de una categoría superior a la que pone su contrato, protestaron ayer a las puertas del museo.