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Entrevista

Sara Sánchez: "En Cervantes hay que entrar sin miedo, sin prejuicios y con implicación en el juego"

"El cine todavía no me ha echado los tejos, pero que lo haga cuando quiera. No dejo de soñarlo"

La actriz mallorquina Sara Sánchez, integrante de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

-¿Cómo ha sido el camino hasta entrar en la sección joven de la Compañía Nacional de Teatro Clásico?

-Lo podría resumir en la inquietud y la búsqueda constante de respuestas que necesito alcanzar para seguir creciendo. Un arte inabarcable y un camino infinito, porque siempre aparecen nuevas preguntas y más interés por encontrar las soluciones llevándolas a la práctica sobre las tablas. Entrar en la joven compañía y compartir este viaje de dos años es un sueño que estoy cumpliendo día a día junto con mis compañeros. Más que sacrificio lo siento como un esfuerzo y una exigencia que implica constancia. Creo que el arte como cualquier otro oficio no surge de "genialidades" sino del amor en el hacer, la implicación y la dedicación diaria.

-En la selección han participado 800 actores y actrices menores de 28 años. ¿Qué les exigieron?

-La primera selección fue por currículum. De esta primera criba pasé a una segunda prueba donde tuve que representar dos monólogos escogidos entre cuatro que nos proponían, de allí seleccionaron una treintena de actores y actrices y realizamos un taller de tres semanas durante el mes de septiembre. Allí trabajamos verso, movimiento e interpretación e hicimos una prueba final donde interpretábamos las escenas que habíamos creado durante el taller de selección.

-¿Defiende este tipo de pruebas?

-Sí, creo que son fundamentales las pruebas porque el director necesita conocer bien cómo manejas tu instrumento, en este caso, una misma. El teatro es un trabajo de equipo en el que cada pieza del engranaje es imprescindible, por eso siempre prefiero realizar pruebas grupales donde se pueda entrever la calidad técnica y humana del artista.

-¿Ha pensado en alguna ocasión en hacer las maletas y volver a Mallorca, o eso significaría renunciar al teatro?

-Lo he pensado alguna vez, sí. Madrid a veces es duro y me encanta la isla, mi familia y amigos y soy muy feliz cerca del mar. No creo que ningún lugar, hoy por hoy, pudiese hacer que renuncie al teatro, pero tampoco entra en mis planes (por el momento) regresar. Aunque sí estaría encantada de poder trabajar allí en algún proyecto, ojalá me llegue pronto alguna propuesta y la pueda compaginar.

-¿Cuál es el público de la Joven Compañía de Teatro Clásico?

-Público de todas las edades, aunque este año Helena Pimenta ha creado una nueva línea de trabajo muy relacionada con la educación y destinada a un público infantil y juvenil.

-Con la Joven Compañía Nacional ha representado Préstame tus palabras, a partir de textos de Calderón y Lope de Vega. ¿A los jóvenes estudiantes les interesa la cultura?

-Ha sido muy emocionante ver la respuesta de los jóvenes y el placer que han sentido al descubrir el teatro del siglo de oro. Trabajamos a partir de textos de Lope y Calderón; La Dama Boba, El caballero de Olmedo y La vida es sueño. Reflexionan sobre el sentido de la vida, el poder, la ambición, el amor ideal, la supervivencia de la mujer en un mundo patriarcal... En definitiva las pasiones humanas y la condición del hombre, en cualquier caso atemporal y universal.

-¿Qué satisfacciones le reportó una obra como The Tempest, proyecto dirigido a niños autistas?

-Trabajar con Kelly Hunter y Greg Hicks y el equipo humano que se ha formado junto a cuatro de mis compañeros ha representado para todos un aprendizaje inmenso. Ha sido una de las experiencias más gratificantes y reveladoras que he tenido no solo en la profesión, una huella para toda la vida.

-¿Qué le ha enseñado Denis Rafter?

-Lo más grande que me ha enseñado es que se puede ser mayor en edad pero muy joven en espíritu. Jugar con él ha sido un regalo. Su entrega y generosidad ha contagiado a todo el elenco y nos hemos divertido muchísimo.

-¿Cómo debe entrar uno en el mundo de Cervantes?

-Sin miedo, sin prejuicios y con implicación en el juego.

-¿En qué no ha cambiado el mundo desde la desaparición de la máxima figura de la literatura española?

-En mi opinión el ser humano suele repetir a lo largo de la historia los mismos vicios, debilidades, virtudes, preocupaciones, ambiciones, lucha por el poder o por la distinción de clases. Y Cervantes, adelantándose a su época, elige enfocar la mirada a las costumbres sociales de su realidad; rompiendo la estructura dramática y prescindiendo de las comedias de enredo con finales previsibles. Un autor fascinante que inspiró a un autor que admiro, Valle-Inclán.

-¿Qué papel tiene en Pedro de Urdemalas, que se representará los días 28, 29, 30 y 31 de julio en el Festival de Teatro Clásico de Almagro?

-Realizo dos papeles: Inés, una gitana muy temperamental, conservadora en la moral de los gitanos y muy divertida en sus quehaceres; y La Viuda: una mujer que roza el fanatismo por el catolicismo, es muy tacaña y está un poco salida. Vamos a estrenar en el Corral de Comedias durante el Festival de Almagro.

-¿Qué hace grande a esta obra?

-Cervantes es capaz de poner el punto de vista en la gente humilde y llana de la sociedad regalándonos una radiografía del pueblo de su época además de una crítica hacia la distinción de clases sociales, una temática nada alejada de nuestro mundo contemporáneo. Es un autor fascinante.

-¿Estará de gira en verano?

-Después de estrenar en Almagro me tomaré un mes de vacaciones para volver a iniciar nuevos proyectos en septiembre. La gira la iniciaremos en el mes de noviembre con el Préstame tus Palabras 2, con la que visitaremos doce ciudades del territorio nacional.

-¿El cine le ha echado ya los tejos?

-Todavía no, pero que me los eche cuando quiera. No dejo de soñarlo.

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