Palma celebró ayer, como la mayoría de las principales ciudades del continente, el Día Europeo de la Música, una jornada que fue de menos a más, en cuanto a afluencia de espectadores frente a los escenarios, y que tuvo al Parc de ses Estacions como epicentro sonoro. Triunfaron los grupos, aplaudieron los políticos y no faltaron las reivindicaciones, contra el IVA cultural y a favor del formato físico.

La música empezó a sonar a las once de la mañana en el Parc de ses Estacions, donde se instaló un escenario y una pequeña feria discográfica, todo coorganizado por los sellos locales Espora, Runaway y Blau, y el Consell. Era la primera vez que una institución prestaba su apoyo en la isla a esta fiesta conmemorativa creada por el que fue ministro de Cultura de Francia, Jack Lang, en 1982.

The Indian Summer fue el grupo encargado de dar el sus a la Festa de la Música, que se prolongó hasta las diez de la noche, tras la actuación de Miki Serra, el antiguo componente de bandas como Post, Plastic Face o Sexy Sadie.

Durante la muestra musical noo faltaron las reivindicaciones. "La Administración tendría que poner más infraestructuras para conciertos. Esta es una buena iniciativa", comentó Miquel Àngel Sancho, de Blau, uno de los veteranos del Día de la Música. "Y los ciudadanos deberían recordar que los contenidos musicales no son gratis y los músicos necesitan vivir", añadió.

Ayer, por primera vez en la historia de esta jornada, los músicos cobraron, de parte del Consell. Todos los grupos recibieron la misma cantidad: 300 euros.

Otros músicos, como Pau Mas y Carles Planells, también se ganaron unos euros, a pesar de no estar en la programación oficial de la Festa, que se celebró bajo el lema Impulsa la música, alegra el teu cor. "Está bien que se monten cosas como esta pero tendría que haber más movimiento musical cada día. Nosotros hemos salido a la calle con nuestros instrumentos y hemos tocado por Sant Miquel y otras calles del centro de Palma. Nos hemos llevado 20 euritos cada uno", comentaron.

Juan Antonio Forés 'Pinxo', de Espora Records, aplaudió la calidad de los grupos de la isla y defendió "el mantenimiento de las ediciones físicas" frente a los servicios en streaming.

Las altas temperaturas, unos 30 grados al mediodía, y la ausencia de sombra motivaron algunas protestas entre los espectadores del Parc de ses Estacions. "El sitio no está mal", opinó Sancho, quien, preguntado por si el Passeig des Born le parecería una buena localización para esta Festa, espetó: "Para ir al Born hay que solicitar permisos a los restauradores".

"La fiesta está bien montada y la idea de desarrollarla todo el día me parece bien, con niños y público familiar en las primeras filas. En ciudades como Berlín se toca a la luz del día", señaló Ginés Fernández, batería de Los Belmez, uno de los grupos que actuó entrada la tarde.

El candidato del PSIB al Congreso, Pere Joan Pons, que decidió darse un paseo por los distintos actos programados en Ciutat, manifestó su voluntad de "recuperar herramientas activas de resistencia como la cultura y la educación para hacer un país mejor".

Acompañado por el alcalde de Palma, José Hila, el candidato socialista explicó que proponen "bajar el IVA de los productos culturales al 10 por ciento" y, "sobre todo, volver a poner la cultura en la agenda pública, en la primera línea, después de años de recortes".

El Museu de Mallorca, la biblioteca Can Sales y el Teatre Principal también se inundaron de todo tipo de sonidos. En Can Sales se ofreció el Taller músicas del mundo, destinado a público infantil y familiar, donde se pudieron conocer las culturas del mundo a través de sus instrumentos, como el didgeridoo de Australia, el palo de lluvia de los Andes, el djembe de África, el udú y el ektara de la India o el birimbao del Brasil.

En el Museu de Mallorca el ritmo lo puso Long Time No Swing, que transportó a los oyentes a los felices años 20; mientras que en el Principal el aplauso se lo llevaron los 200 alumnos de la Escola i Fundació 'mésmúsica'.