¿Hay algún argentino en la sala?

Nos pasamos temporadas sin que nos llegue nada del exterior (en sentido amplio), y hete aquí que, en menos de dos meses, comparecen tres aportaciones valiosas, las tres argentinas: el sainete Garantía, el espectáculo de signo experimental El fabuloso mundo de la tía Betty y este fin de semana, lamentablemente en dos únicas funciones, Hermostra, actuación conjunta de las excelentes monologuistas Charo López y Malena Pichot. Las dos cerraban su gira española en el Xesc Forteza, uno de los escenarios municipales que, supongo que por limitación presupuestaria, continúan con una programación teatral escasa y discontinua. La función del sábado registró una generosa presencia de espectadores (qué bien), bastantes de ellos argentinos o iberoamericanos; que, evidentemente, contaban con referencias de estas dos actrices, deslenguadas, punzantes, eficaces. Claro que hubo alusiones, abundantes, al entorno de su país, y alguna también a Mallorca (se agradece). El suyo es un humor transgresor, feminista, cruel y escatológico a ratos. Ni López ni Pichot se quedan en el soliloquio más o menos convencional estilo Club de la comedia; van más allá, tanto en estilo como en contenidos. Seguro que buena parte de sus comentarios escuecen. Como debe ser. Para eso han estado siempre los bufones (ellas lo son), para tocar las narices y para soltar, a modo de andanada, aquello que, en esa expresión horrenda, suena "políticamente incorrecto". El humor de Pichot y López no me parece de carcajada (aunque hubo muchas), sino más bien como para digerirlo (si uno es varón, puede que más). Su expresividad, contagiosa, constituye otra de sus bazas esenciales.